viernes, 25 de noviembre de 2011

Dejar agresor requiere firmeza

Rosa Esther había soportado resignada los golpes y ofensas de su esposo hasta que la ira de él se extendió hacia el hijo de ambos, que para entonces tenía un año y cinco meses de edad.Cuando vio que su pareja, después de agredirla pegándole una plancha caliente en el vientre cinco veces, la emprendió a golpes contra su niño, ella decidió que ese sería el último día que viviría como víctima de violencia.

Hoy Rosa Esther se cuenta entre las que lograron liberarse de esa agonía. “Sí se puede”, afirma, antes de contar su historia al equipo de elCaribe que la visita a su lugar de trabajo. “Hay que enfrentar la situación con firmeza y perseverar. Una vez que te decides no puedes echar para atrás”, agrega.
Rosa Esther de Jesús.

La joven, de 29 años, sostiene que el primer paso es reconocer el problema y buscar ayuda. Ella acudió a la Fiscalía de Baní a poner la denuncia y, como no actuaron rápido, se dirigió a una Unidad de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales en el Distrito Nacional y, también, al Ministerio de la Mujer, donde recibió asistencia legal y médica gratuita. “A mi hijo y a mí nos llevaron a una casa de acogida, ese lugar para nosotros fue el cielo”, dice.

“Allí duramos 17 días. Se encargaron de acompañarme a las audiencias, del divorcio y darme fuerzas para no aceptar nunca más ningún chantaje”, especifica Rosa Esther, que para esa época tenía 25 años.

Advierte que el trayecto hacia la justicia no es fácil, porque el agresor continúa hostigando y algunos familiares intervienen para persuadirla de que retire la denuncia. “La decisión principal es de la persona que está recibiendo maltrato intrafamiliar, de pedir ayuda y decidir decir ‘es hasta hoy, denunciare a mi agresor’. De todo lo otro se encargarán las autoridades…. Para ver la gloria debes tomar decisiones y el que no te maltraten de ninguna forma es una gloria”, dice.

Natividad López, titular del departamento de No Violencia del Ministerio de la Mujer, explica que existe una cifra muy alta de mujeres que no denuncian porque el miedo las paraliza. Además, de acuerdo a los casos que han trabajado, cuando la víctima toma la iniciativa es porque lleva varios años aguantando golpes de su pareja.

Apunta la psicóloga que es preciso desmontar de la sociedad la creencia de que “en pleito de marido y mujer nadie se mete”. “Claro que hay que inmiscuirse, porque eso deja de ser un problema personal y se convierte en un problema en el que todos debemos participar para erradicarlo”, dice.

Sergia Galván, directora de la Colectiva Mujer y Salud, cita entre las consecuencias que genera la violencia, el ausentismo laboral, el aumento del riesgo de la víctima a contraer enfermedades de transmisión sexual y la desintegración familiar. Además, causa daños a la salud emocional de los familiares cercanos a la víctima.

Marisol (nombre ficticio), de 27 años, narra que mientras vivió unida a un hombre que la agredía, su madre enfermó de los nervios. Ella decidió alejarse de su familia por miedo a que fueran afectados. “Recuerdo que la gente me huía, si me acercaba a un grupo se desbarataba, porque la tenían miedo de que se apareciera mi expareja a golpearme. Me sentía rechazada”, cuenta esta madre de dos hijos, liberada hace un par de años de la situación de violencia a la que estuvo confinada por casi un lustro.

El hombre agresor

Rosa Esther recuerda que su expareja era muy celosa, le controlaba su forma de vestir y de actuar. “Siempre buscaba un motivo para celarme, para él mis compañeros de trabajo eran mis amantes. No le gustaba que yo visitara a mi familia, me quería tener aislada. Me llamaba a cada rato y me amenazaba con hacerle daño a mi familia”, detalla.

También, indica, le gritaba insultos que afectaban su autoestima y se burlaba de sus pequeños logros personales.

La ministra de la Mujer, Alejandrina Germán, indica que la mayoría de las víctimas de feminicidios son jóvenes de estratos muy humildes que no tienen los medios para sostener su hogar económicamente y tampoco tienen la responsabilidad de dirigir una familia.

La gran parte de las jóvenes muertas a manos de su pareja o expareja tiene edades que oscilan entre los 15 y 35 años. Germán abogó porque se fomente que la mujer sea autosuficiente, que se prepare académicamente lo más que pueda, de manera que pueda acceder a un mejor empleo.

“Liberarse de la violencia depende mucho de su independencia económica, vemos cómo la mayoría de las víctimas de feminicidio dependen del hombre en ese sentido”, sostuvo la funcionaria.

En tanto, la directora del Centro de Servicios Legales para la Mujer, Maris Lucila Lara, expone que debido a la falta de respuestas positivas y a tiempo de parte de la Justicia y la Policía Nacional muchas mujeres abandonan su denuncia. “También puede darse por miedo, por las amenazas de familiares del victimario o por su propia familia, que no evita que el problema siga, por el contrario lo agudiza”, dice.

Criticó que los plazos para citar al agresor se extiendan hasta por tres meses, lo aumenta el riesgo de muerte en las futuras víctimas. “Todo esto se da porque nuestras mujeres no cuentan con los recursos para pagar a un alguacil que entregue la cita y asumir otros gastos”.

Ellos también sufren violencia

Estadísticas de la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia del Distrito Nacional, reflejan que el 86.5% de las denuncias corresponde a mujeres que se querellan contra sus agresores, mientras que el 14.5% está relacionado a hombres que dicen ser víctimas de violencia, pero cuando se investigan esos casos, sólo un 3% son verdaderas víctimas.

El resto de los casos corresponde a violencia reactiva, es decir, que es la respuesta de una mujer que ha sido sometida a maltratos y ofensas de parte del hombre y ha llegado a la desesperación.

"No puedes permitir que una persona lleve el rumbo de tu vida. Hay que enfrentarlo con una decisión real”
Rosa Esther De Jesús
Liberada de Violencia


Un hecho reconocido a nivel mundial
La trágica muerte de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, por parte del régimen de Rafael Leonidas Trujillo, ocurrida el 25 de noviembre de 1960, motivó que la Asamblea General de las Naciones Unidas declarara esa fecha como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El 17 de diciembre de 1999 quedó instaurada esa conmemoración, mediante la resolución 54/134.

La ONU invitó a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen en este día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto a ese problema. Las jóvenes eran oriundas de Salcedo, hoy provincia Hermanas Mirabal, donde se encuentra un museo, establecido en la que fue su casa paterna.

Convocan a una concentración
Con motivo de la celebración del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, organizaciones de mujeres y de la sociedad civil convocaron hoy a una concentración en el Parque Independencia.

La Colectiva Mujer y Salud lamentó que el país sufra “un incremento sin precedentes en los casos de violencia de género, con más de 200 feminicidios en lo que va de año y más de 64,000 denuncias de violencia intrafamiliar”.

Hombres se integran más a campaña contra violencia a la mujer


Cuando se habla de violencia de género, las campañas de prevención, comúnmente, se dirigen hacia la mujer. ¿Y los hombres qué? Sayo Aoki, representante adjunta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), indica que es importante que se vea a los hombres no como ofensores, sino como agentes del cambio del problema, porque la mitad de la población es masculina.“Cuando trabajamos la prevención en las escuelas hablamos con las niñas, las profesoras y las madres sin involucrar a los hombres en este proceso, cuando su participación es sumamente importante, porque los padres tienen que estar de acuerdo”, explica.

Para ilustrar cómo la sociedad justifica las agresiones que sufren las mujeres o cómo la sociedad las culpa a ellas de su propia desgracia, Aoki cita los resultados de un estudio que realizó en 2008 la Organización Internacional del Trabajo en conjunto con Unicef sobre la explotación sexual comercial de adolescentes en Boca Chica.

El 59% de los encuestados (de ambos sexos) consideró que las adolecentes que eran víctimas de explotación sexual sus familiares eran culpables de esa situación. Mientras que sólo el 3% señaló a los hombres que compraban esos servicios como los responsables de que adolescentes se prostituyeran en Boca Chica.

“No es suficiente que las mujeres luchen contra la violencia porque ellas son la mitad de la población. Nosotros no podemos tomar esto como un enfrentamiento entre los hombres y las mujeres, sino que cada uno debe asumir la lucha como un mal que debemos erradicar”, agrega.
En el país se empieza a entender que también hay que trabajar con los varones. Los hombres comienzan a presentar iniciativas novedosas, como la que ha difundido desde hace un par de semanas en los medios de comunicación y redes sociales, un grupo que propone reunir un millón de firmas de hombres que se comprometen o reafirman su compromiso de no ser fuente de violencia. Para mañana, Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, tienen previsto una jornada de recolección de firmas en instituciones públicas y privadas, oficinas, universidades, empresas y todo lugar con presencia masculina.

De parte del Estado se destaca la iniciativa de la Fiscalía del Distrito Nacional, que puso en marcha la campaña denominada “Masculinidad sin violencia”, que se ha extendido a algunas provincias.

Luis Vergés, director del Centro de Intervención Conductual para Hombres, detalla que se basa en una estrategia para que los varones inicien el proceso de separar su masculinidad de la conducta violenta, asumiendo que ese vínculo ha sido reforzado con el paso del tiempo y la mujer se lleva la peor parte.

Mediante la capacitación intentan desmontar los códigos aprendidos y separar a los hombres violentos de los no violentos. Han entrenado a 200 líderes comunitarios de 15 barrios de la capital, que tienen la encomienda de multiplicar lo aprendido a 30 personas, con el objetivo de lograr impactar de manera directa a 6,000 hombres.

Elaboraron un manual de prevención de violencia y un boletín que circulará cada tres meses con informaciones útiles para toda la familia.

La conducta violenta del hombre es un problema multicausal. Vergés indica que en algunos casos el hombre la aprende, ya sea porque la observó, porque fue víctima o porque obtuvo ganancias al intercambiar esa conducta con alguien.
“En el fondo, con esa actitud, el hombre expresa el concepto devaluado que tiene sobre las mujeres”, dice Vergés.

Luis José Chávez 

Ellos se comprometen por respeto a ellas
“A los dominicanos nos están desacreditando. Dicen que somos los más agresivos del mundo, cuando presentan al país con altos índices de violencia intrafamiliar. Creo que no podemos permanecer impasibles, como si no pasara nada”, expresa el periodista Luis José Chávez, vicepresidente del Centro de Información y Comunicación (Cicom), cuando se refiere a los motivos por los que emprendió la iniciativa de recolectar un millón de firmas contra la violencia. El objetivo es que cada empresa, institución y barrio se constituya en punto de encuentro.

Quien se quiera unir a la campaña sólo tiene que escribir su nombre y lugar de procedencia. “Estamos dando un primer paso y esperamos que sea en grande. Espero que este esfuerzo pueda reflejar una tendencia de disminuir los feminicidios en el país”, confía Chávez. Una veintena de gremios y organizaciones civiles respaldan su propuesta.

El dilema de denunciar



Mujeres víctimas de violencia están destinadas a seguir una ruta crítica para denunciar su maltrato. En ese trayecto hacia la Justicia se ven expuestas a perder su vida dramáticamente antes de que su agresor sea sancionado, debido a que el sistema está diseñado de forma que a ellas les corresponde entregar al hombre abusador la orden de alejamiento que obtienen cuando ponen la querella en la Fiscalía o la Policía. También, a la mujer le toca ubicar al victimario para entregarle el acta de conducencia, que es la que especifica el apresamiento.

Adris Sánchez, de 32 años, narra que pasa todo tipo de peripecias cuando pone una querella por los golpes que sufre de su esposo, en Villa Mella, Santo Domingo Norte. “Lo último que tuve que aguantar fue que un fiscal me mandara a callar y alegara que mi caso no era tan grave”, dice. 

Ganas de desistir no le han faltado a esta mujer que lleva 14 años unida a su agresor. La decisión de denunciar la presión psicológica, los golpes casi mortales que le propina y las amenazas de agredir a su familia que ese hombre le infunde vino motivada por la historia de su amiga Fiordaliza Fructuoso, que también ha sido víctima de violencia. 

Fructuoso, de 38 años, ha obtenido once órdenes de alejamiento y 25 órdenes de conducencia contra su pareja; aunque todavía él no ha sido juzgado, se encuentra preso. 

Fiordaliza explica que cada vez que intentaba entregar a su agresor las actas, él se ponía más violento y descargaba su ira en ella con mayor intensidad. La última vez le propinó 20 puñaladas. 

“Hay que tener mucha fuerza de voluntad para seguir adelante. Cuando fui a poner la última denuncia me dijeron ‘vaya y búsquelo, cuando lo encuentre nos avisa’. Si tú no le ‘mojas’ la mano a un Policía no creas que él va a salir a buscar al hombre que te golpea”, puntualiza.

Fiordaliza recuerda que hubo ocasiones en las que cuando conocía el paradero de su agresor sólo tenía 200 pesos en el bolsillo y prefirió ignorar esa oportunidad de apresarlo para usar ese dinero en la alimentación de sus cuatro hijos. Las órdenes de conducencia caducan, lo que significa que la mujer debe repetir la inversión para obtener una nueva, cuantas veces no logre apresar al abusador en el tiempo que establece el documento. 

La directora ejecutiva de la Colectiva Mujer y Salud, Sergia Galván, expone que se trata de un círculo que provoca que la víctima desista de su intención de denunciar y que automáticamente incrementa sus posibilidades de morir a manos del hombre abusador.

“Es una ruta desalentadora. El costo económico es muy alto. La mujer debe pagar por un examen médico, los servicios de un abogado, el transporte… y gran parte de las mujeres vienen de estratos muy humildes y se le hace difícil asumir esos gastos”, destaca. 

Foto: Laritza Calvo. En las Unidades de Atención a las Víctimas de Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales un hombre y una mujer reciben las denuncias.

Cuando se habla de las soluciones para facilitar el acceso a la Justicia, sale a relucir la necesidad de que el Ministerio Público y la Policía cuenten con más recursos para poder ofrecer el servicio.

“Vas a la Policía o a una fiscalía y te encuentras con que tienes que buscar el transporte del alguacil, ya sea pagándole el pasaje o llenándole de combustible los vehículos, si es que los tienen”, indica Galván.

Experiencias como la de Adris y Fiordaliza no se observan en las Unidades de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, donde la mujer maltratada recibe una atención integral. Se trata de unidades modelo que funcionan desde el 2005, el problema es que son insuficientes: sólo existen 14.
La magistrada Aracelis Peralta, coordinadora de Violencia de Género de la Fiscalía del Distrito Nacional, afirma que la idea es establecer esas unidades en todo el país. Explica que en la que dirige se han recibido en los últimos tres años unas 20 mil denuncias, de las que el 22.3% correspondió a violencia de género.

“Más del 60% se trata de agresiones verbales. Las mujeres denuncian más la violencia psicológica, eso indica que ya no esperan a sufrir el maltrato físico para buscar ayuda”, expone.

Afirma que se han logrado sanciones

Aracelis Peralta, procuradora adjunta de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, resalta que este año se registran logros en materia de la lucha de género. Indica que se dictaron 25 sentencias condenatorias, de los que tres casos corresponden a víctimas que habían retirado su denuncia, pero el Ministerio Público les dio seguimiento porque contaba con pruebas contundentes.

Cinco de los agresores cumplen una pena de diez años, el resto entre uno y ocho años de prisión. “Para nosotros eso es un triunfo porque la mayoría de las mujeres desiste de continuar con el proceso hasta los tribunales”, opina.

Recomiendan no conciliar


El triste final de la vida de Florángel, que a sus 22 años era madre de cuatro hijos, fue presagiado por su abogada Juana Rosario Peña, pero ella no le hizo caso. Rosario Peña, que integra el equipo de abogados del Ministerio de la Mujer, le había advertido que si accedía a reconcialiarse con su esposo agresor tenía altas probabilidades de engrosar la lista de feminicidios en el país. Y así fue.

“Lo hice por mis hijos. No tengo para darles de comer”, recuerda Juana que con esa frase le respondió la joven que residía en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte, cuando ella le replicó por qué retiraba las acusaciones que había hecho contra su pareja. “Florángel se fue a conciliar a escondidas, contrató otro abogado. A la semana de estar junto a su esposo nos reportó que él volvió a golpearla. Un mes más tarde la encontraron muerta por unos matorrales en San Luis”, narra Rosario.


La historia de Florángel es una de las miles que quedan en el anonimato, porque no existen registros oficiales de las mujeres que mueren o continúan sufriendo maltrato de manos de su agresor después de conciliar. Para tener una idea de esa cifra, la procuradora de la Mujer, Roxanna Reyes, detalla que el año pasado recibieron en el Ministerio Público unas 64,000 denuncias sobre violencia doméstica y de género, de las que sólo el 4% llegó a los tribunales porque la mujer abandonó la lucha.

La ley 24-97, que sanciona la violencia contra la mujer, doméstica e intrafamiliar, no prohíbe la conciliación. Mientras que el Código Procesal Penal, que entró en vigencia en 2004, especifica que esa acción es permitida siempre que no haya coacción.

Reyes entiende que el sistema tiene que fortalecer la articulación entre todos los actores para que las políticas sean efectivas. La ley 24-97, elaborada hace 15 años, ya cumplió su cometido. Una comisión que integran diversas entidades que trabajan con temas referentes a la mujer participa en la reforma de esa norma. “La Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados ha reconocido la figura de feminicidio dentro del Código Penal, lo que es importante porque se trata de una violencia extrema. En América Latina las penas van hasta por 40 años”, explica.

La directora de Políticas de Igualdad del Ministerio de la Mujer; María Ramos, se opone a la conciliación porque las partes están en condiciones desiguales. La mujer está sometida con actos de violencia, y la otra parte, el hombre, está imponiendo su poder. “El acuerdo sólo es permitido cuando las partes están iguales, que la mujer está apta para discutir, de pensar y actuar libremente”, opina Ramos.

El perfil de la mujer maltratada es el de una persona sumisa e inofensiva, porque la violencia la ha sometido a la obediencia. “Ella no puede expresar lo que quiere porque ha sido coartada por golpes, heridas y hasta por violencia económica”, agrega Ramos.

Las abogadas del Ministerio de la Mujer, que ofrecen asistencia de forma gratuita, no participan en la conciliación. Lo recomendable es que el equipo multidisciplinario que interviene en los casos de violencia de género, como médicos legistas, psicólogos y abogados, sugieran al juez que la mujer no está en condiciones de conciliar.

Sergia Galván, directora ejecutiva de la Colectiva Mujer y Salud, critica que las órdenes de protección que se asignan a las víctimas no se cumplan en la mayoría de los casos. Una de las razones, dice, porque el Ministerio Público no tiene los recursos para actuar.

Galván sostiene que debería haber una infraestructura en el sistema de justicia que garantice esa protección. Consideró que la legislación que regula esa situación, aunque buena, es “letra muerta” debido a que, dijo, no hay voluntad para ejecutarlas. “Se está hablando mucho, pero realmente se hace muy poco.

Opiniones


Roxanna Reyes
Procuradora de la Mujer
“Es importante fortalecer los canales de denuncia y ampliar la cobertura de información y empoderamiento para que ellas puedan identificar cuando son víctimas de maltrato, qué hacer en esos casos y dónde pueden buscar ayuda”.

Sergia Galván
Directora Colectiva Mujer y Salud
“Una conciliación es como una licencia que le dan al hombre para que asesine a la mujer o continúe maltratándola, porque hay una relación desigual de poder. Todavía hay resistencia de muchos diputados para eliminar esa figura”.

María Ramos
Ejecutiva del Ministerio de la Mujer
“Falta más trabajo social, falta más seguimiento a las víctimas de violencia. Es importante que se aumenten los centros de atención a sobrevivientes y que se creen más centros para la rehabilitación de hombres agresores, que sólo hay uno para eso”.

Saña se acentúa en feminicidios


Mujeres son muertas de forma desgarradora, agresores recurren a desmembramiento de órganos y mutilaciones.
Fiordaliza muestra la ventana de su habitación, la que tuvo que condenar con una hoja de cinc debido a que su agresor entraba por ahí. 

Ya maté a esta perra”, murmuró Emmanuel Pérez, de 32 años, cuando abandonó a su esposa desangrándose en el asfalto, después de propinarle 20 puñaladas en distintas partes de su cuerpo.
Emmanuel pensó que había matado a Fiordaliza Fructuoso, de 37 años. Sin demostrar arrepentimiento, se alejó del cuerpo a paso lento y sereno ante la mirada de vecinos del sector Vista Bella, en Santo Domingo Norte.

Fiordaliza se salvó de milagro. Tuvo fuerzas para arrastrarse hasta colocarse debajo de un vehículo, donde evitó que su agresor la continuara agrediendo.
Un año ha transcurrido desde aquel 17 de noviembre.
Fiordaliza llora cuando rememora los ataques que sufrió durante los ocho años que vivió con Emmanuel: “Me sacaba las uñas de los pies con un martillo, me apretaba el cuello hasta asfixiarme. La pistola que él tenía, un cuchillo, un palo, cualquier cosa usaba para golpearme”.

Llama la atención la tendencia que se observa este año en las agresiones a las mujeres, que reflejan más crueldad y odio. Los agresores parecen no conformarse con dejar a su víctima muerta sino que insisten en torturar el cuerpo inerte.
Roxanna Reyes, procuradora de la Mujer, informa que en los primeros nueve meses de este año, registró 178 feminicidios íntimos y no íntimos, pero no destaca la forma en que dieron muerte a las víctimas.
Sin embargo, un vistazo a reseñas publicadas en la prensa en lo que va de año encontramos historias desgarradoras, como la que ocurrió la semana pasada en Hacienda Estrella, Santo Domingo Norte.

Se trata de Cándida de la Cruz, de 50 años, que fue atacada a machetazos por su marido. Le arrancó dos dedos de las manos y una oreja. Además, la hirió en el cráneo y la espalda. “Me decía ‘te voy a matar para que tú no seas de otro’, porque yo no quería seguir con él”, expone la mujer sobreviviente.

Otro caso horrible ocurrió el pasado octubre en el Batey Esperanza de San Pedro de Macorís. La víctima fue Andreína de los Santos, cuyo esposo además de apuñalarla, también le roció gasolina y le prendió fuego.

En el distrito municipal Villa Sombrero, provincia Peravia, Altagracia Deyanira Cordero, de 25 años, murió de los múltiples machetazos que le propinó su pareja. Mientras que en julio pasado, Bernardo Antonio Batista picó en trozos el cuerpo de su esposa después de haberla estrangulado en la vivienda que compartían en Sabana de la Mar.

La directora de Políticas de Igualdad del Ministerio de la Mujer, María Ramos, opinó que es “sumamente preocupante” que la saña sea cada vez más grave y que para agredir se recurra a desmembramiento de órganos y mutilaciones.
“Eso obedece al aprendizaje de culturas. Ha incidido la pérdida de valores, los medios electrónicos y mensajes que transmiten los medios de comunicación”, explica.

La abogada cree que el aumento de la violencia en sentido general, las guerras y actos de destrucción masiva que se transmiten por televisión, inciden directamente en el receptor porque los conduce a imitar patrones que existen en otras naciones.
“Ahora vemos que hay videojuegos que enseñan a los niños a matar, a confrontarse entre ellos con juguetes de exterminio. Ellos celebran quien logró ‘matar’ más.
Eso lo ven como un simple juego, algo normal”, dice.

Ramos indica que también se observa que el abusador da muerte a las personas que se encuentran en lo que se denomina “la línea de fuego”, que son aquellas que intervienen para defender a la mujer. “El agresor no tiene responsabilidad para responder a sus acciones”, dice.
Intolerancia ilimitada

Las razones de un agresor van más allá de los celos, que era la causa que comúnmente se reportaba en los partes policiales. Casos recientes muestran que la ira del hombre se ha intensificado porque su esposa andaba de parranda, porque estuvo en casa de familiares más días de los que él tenía previsto o porque llegó a su hogar minutos después de lo que estimaba su pareja.

La fatídica historia de Bianna Guzmán es un ejemplo. El hecho de que ella llegara a su casa pasada de tragos de alcohol en horas de la madrugada, motivó que su esposo la estrangulara.

En Elías Piña Juan Moreta Vallejo mató a su concubina Mariluz Martínez, de 17 años, enojado porque la adolescente salió con su padre a visitar por cinco días a unos familiares en Navarrete.

La desesperación por la crisis económica también se cuenta entre las causas de feminicidios.
Nereida Polanco, de 46 años, murió de las múltiples cuchilladas que sufrió de su pareja José Antonio Peña Pérez, quien descargó de esa forma la angustia que le provocaban sus problemas económicos.

“Si yo reía era malo y si lloraba también era malo. Siempre había una excusa para pegarme y ofenderme”, recuerda Fiordaliza.

La violencia no relacionada a la pareja (feminicidio no íntimo), de igual forma, se presenta más desgarradora. Un caso fue el de Cecilia Reyes, que fue herida a machetazos por un hombre al que había rechazado una invitación a bailar en el Colmado Darío, en el sector Punta de Villa Mella.

Los feminicidios no íntimos están ligeramente por debajo de la cifra de los crímenes que cometen los hombres contra su pareja o expareja.


Víctimas jóvenes

La mayoría de las víctimas de feminicidios son mujeres que se encuentran en la mejor época reproductiva y productiva de su vida, advierte Natividad López, directora del Departamento de No Violencia del Ministerio de la Mujer. Similar tendencia prevalece en los agresores.

“Las edades oscilan entre los 14 y 30 años, lo que indica que las jóvenes empiezan a tener relaciones sexuales muy temprano. Eso es muy preocupante y alarmante”, apunta la psicóloga.

El Ministerio de la Mujer puso en marcha la campaña “Únete”, con la que pretende integrar todos los sectores de la sociedad para llevar el mensaje de no violencia, porque entienen que el tema no debe ser visto como responsabilidad del Estado únicamente.

Se diseñó un plan estratégico con miras a cinco años en el que participan la Policía, el Ministerio Público y entidades que trabajan con la mujer.

La Procuraduría de la Mujer, junto a otras instituciones y entidades, realizará una caminata que partirá del kilómetro cero del parque Mirador Sur, pasado mañana a las 4:00 p.m.

lunes, 14 de noviembre de 2011

El 587 dejó un dolor que no "aterriza"

Si hubiera insistido más, si hubiera… Kenia Ortiz nunca sabrá la respuesta. Sólo le queda imaginarse cuál sería su presente si se hubiese atrincherado en la puerta de su apartamento en el Bronx, aquel 12 de noviembre de 2001, para evitar que su esposo José Hilton Sánchez, de 39 años, abordara el vuelo 587 de la aerolínea American, que se estrelló en Queens, Nueva York.

Desde que él le contó de sus planes para venir, un intenso presentimiento la invadió: “Yo le pedía que no viajara, que esperara a diciembre para que nos fuéramos juntos. Pero él no me hizo caso. Decía que yo no quería que él viniera porque estaba celosa. A veces creo que me faltó insistir más”.

Quizás insistir no era la clave. José Hilton estaba decidido. Tenía el vuelo comprado para el día 13 de noviembre, pero lo cambió para acompañar a su hermano Elvis, que temía abordar aviones y no quería viajar el día 13, “porque era de mala suerte”, narra Kenia, quien se encuentra de visita en su natal Villa Sombrero, Baní. 

“Cuando él bajó las escaleras, corrí a pararme en la ventana y vi cómo desapareció de repente. Volví a sentir esa incomodidad en el cuerpo que me decía que algo malo iba a pasar”, recuerda. Un par de horas más tarde un familiar la llamó para decirle que el avión que abordaron José Hilton y Elvis cayó.

Eran las 9:30 a.m. El avión Airbus 300 apenas duró en el aire un minuto y escasos segundos, después de que despegó a las 9:14 a.m.

Han pasado diez años y los familiares viven la catástrofe como si hubiese ocurrido ayer. De los 176 dominicanos que fallecieron en el vuelo que cobró la vida de 265 personas, 45 procedían de Baní. Muchos banilejos residentes en el exterior prefieren visitar su pueblo en noviembre para celebrar junto a sus familiares las patronales, de ahí que tanto hijos de Baní ocuparan el 587. En aquella época se suspendieron las celebraciones y las fiestas se limitaron a oficios religiosos para unirse al luto. 

Kenia vio en la televisión, junto a su niña de 11 años y su niño de 4, cómo las llamas consumían el avión. “Mi hija y yo caímos inconscientes. Los vecinos llamaron a los bomberos para que rompieran la puerta y nos llevaran al hospital. Pasé varias semanas encerrada en mí misma, con la mirada perdida en el infinito. No me enteraba de lo que pasaba a mi alrededor. Sólo quería dormir”, dice.

El hecho ocurrió cuando todavía estaba latente la conmoción por el ataque terrorista al “World Trade Center”. Para quienes esperaban en Baní el sufrimiento no fue menos. Mercedes Ruiz, que reside en el sector Santa Elena, se enteró de la muerte de su única hija casi al instante. “Ese día me levanté temprano para preparar la llegada de Margarita. Encendí el televisor y al poco rato pasaron imágenes del avión que se cayó. 

Después de ahí no supe de mí”, cuenta Mercedes, que se intranquiliza cuando ve aviones. Su esposo, Pablo Bautista, iba camino al Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA) a buscar a su hija, pero fue recibido por un gentío llorando aturdido y desesperado. “Le dije a Mercedes: Llegué vacío. Mi hija se perdió. Fue muy duro”, cuenta el padre de Margarita, una mujer de 49 años. 

La tragedia también tocó la casa de su vecina Josefina Pimentel. Ella no puede evitar el llanto cuando recuerda el momento en que se enteró de la muerte de Ramona Amparo. 
La naturaleza pareció darle señales de la tragedia a Ramona Amparo que sus familiares no captaron: “Ella no quería viajar, estaba totalmente negativa. Pero sus hijos la convencieron porque debía ´dar entrada´ a su residencia”, expresa.
Impotencia, espanto, dolor. Esos sentimientos todavía acongojan a quienes vieron morir a un ser querido en ese fatídico vuelo. Francisco Peña, que perdió a su única hermana, dice que será inolvidable. Juana, de 62 años, solía viajar a Baní todos los años para hacer obras de caridad. Disfrutaba cooperar con el hogar de ancianos y el de niñas huérfanas, así como con la gente de los sectores más humildes. “Pueden pasar los años que sea, no importa. Siempre vamos a recordar a Juana y a llorar por ese día”, indica.



Kenia Ortiz
"Yo creía que era mentira, que él iba a llegar a la casa en cualquier momento. Fue terrible. Es un vacío que nunca se llena”.
Pablo Bautista
"En el aeropuerto había una confusión, un llanto, desesperación. Había que tener valor para estar ahí de pie. Queda un dolor muy grande que no se puede explicar"


En el sector BHD de Baní se erigió este monumento en honor a las personas que murieron en el vuelo.


FOTOS: Danny Polanco.


Publicado en El Caribe