sábado, 23 de mayo de 2009

Ellas también son infieles

Tendencia. Tradicionalmente se hablado de la infidelidad masculina, un hecho considerado como normal, sobretodo en las sociedades machistas. Pero cada vez se hace más frecuente el adulterio en las mujeres. Este comportamiento está favorecido por la independencia que este género ha logrado en varios aspectos. En el caso de la mujer infiel, esta situación le crea un sentimiento de culpa y vergüenza debido a que fue criada con el pensamiento de que es la responsable del éxito de su relación de pareja. Mientras que en el hombre se tiende a tolerar más su traición.


Foto: Nehemías Alvino

La mujer es más vulnerable a sufrir la infidelidad, porque la sociedad apoya que el hombre tenga más de una compañera sentimental al mismo tiempo. Sin embargo, los casos de mujeres infieles van en aumento.

La apertura social que ha tenido la mujer en las últimas décadas y la independencia económica que una gran parte disfruta, se suman para que ella se sienta segura de buscar una pareja extra que cubra sus demandas afectivas o sexuales. “Antes era más víctima y permisiva, ahora está más demandante”, expresa la psicóloga Ana Simó.

Psicólogos y terapeutas consultados señalan que la infidelidad es uno de los principales motivos por lo que las parejas acuden a terapias. Además es una de las mayores causas de posibles divorcios, de separaciones, de conflictos y hasta de violencia entre parejas.

En el Grupo de Reflexión e Intervención Psicoterapéutica, que agrupa profesionales de la conducta en Santo Domingo, por cada diez casos, siete u ocho confiesan que han sido infieles a sus parejas en algún momento.

Es fácil comprobar cómo esta actitud incide en la sociedad, que no sólo tiene que ver con relaciones sexuales extramaritales. También se es desleal con el pensamiento. Basta con detenerse unos minutos en una esquina y observar cómo cuando pasa una mujer delante de un grupo de hombres la mayoría no resiste pronunciarle halagos o seguir con su mirada el caminar de la dama.

Quizás de forma inconciente, en el núcleo familiar se induce a los niños a que vean como válido que los adultos presuman de varias parejas. Lo vemos en los chistes de las reuniones familiares, cuando los padres comentan de las “novias” de sus hijos adolescentes o de la forma ligera como ellos cambian de pareja.

Se escuchan frases como “los hombres tiran sus canitas al aire”, “lo importante es que yo soy la novia oficial”. Poco a poco cada género se va formando para aceptar que no es la excepción para que en algún momento sea coronado con “un par de cuernos”.

El sociólogo José Antinoe Fiallo asegura que a lo largo de todas las civilizaciones importantes de la humanidad ha existido la infidelidad. Cita por ejemplo que en la civilización egipcia los faraones tenían derecho a tener una especie de harem y en culturas actuales hay países donde se acepta legalmente que el varón tenga varias esposas. Hay quienes se van más allá y aseguran que la infidelidad viene con el origen del hombre. “Es un patrimonio del ser humano”, asegura el psicoterapeuta Luis Rafael Serret.

Este tópico ha llegado hasta la red donde encontramos el portal www.infidelityfacts.com, dedicado a educar sobre este tema. Según esta página web el 53 por ciento de los matrimonios en América terminan en divorcio a causa de la infidelidad. Otro estudio reflejó que el 57 por ciento de los hombres admitió que engañó a su compañera con otra. Esta cifra pierde sorpresa cuando se conoce el dato femenino: el 54 por ciento confesó su infidelidad.

El 80 por ciento de las investigaciones solicitadas a agencias de detectives locales se refieren a conflictos matrimoniales. Una firma que pidió reservar su nombre, afirmó que son las mujeres las que más buscan ese tipo de servicios.

Un desacato sin sanción. La procuradora general adjunta de Asuntos de la Mujer, Roxanna Reyes, señaló que estadísticamente la mayoría de los casos que reciben de violencia o de maltrato no tienen que ver con la infidelidad. “Se pueden encontrar algunos casos, quizás de diez uno, quizás”, dijo.

Explicó que la infidelidad en materia penal no existe solamente como causa para divorcio por incompatibilidad de caracteres en materia civil.

La coordinadora de la Unidad de Violencia de Género de la Fiscalía del Distrito Nacional, Aracelis Peralta, expuso que no registran los casos por infidelidad. “No sería objetivo, porque el comportamiento habitual del agresor se caracteriza por celos enfermizos, que lo hacen creer que la mujer lo engaña con otro sin ser cierto”.

En cuanto a datos de la Policía, las estadísticas tampoco desglosan las muertes por esa causa. Los feminicidios registrados en el 2008 suman 195. Mientras que en el periodo enero-marzo de este año son 52 casos. Es común encontrar en los partes policiales que en una cantidad significativa de esos hechos ocurrieron por problemas pasionales o por celos infundados por el victimario que creía que su mujer le era infiel.

Hijos
Tratamiento especial

Si hay hijos de por medio, la infidelidad se torna un tema más delicado, ya que a los pequeños los hiere de forma especial. En muchas ocasiones, la situación causa problemas de conducta y los afecta en su convivencia con los demás.

“Cuando se da cuenta del disturbio con una tercera persona, el niño arremete con el que fue infiel porque lo ve como responsable de la ruptura del hogar, no de la pareja. Además, lo acusa de la inestabilidad que presenta la madre o del padre”, explica la psicóloga y terapeuta familiar Olga María Renville.

Con su comportamiento desleal, los padres le proyectan una imagen distorsionada de la relaciones de pareja. Renville apunta que con frecuencia se nota como muchas veces los hijos adultos incurren en la misma acción de sus padres reciclando el patrón de la infidelidad.

“Es una falta en la que la pareja no debe caer bajo ningún concepto. Es muy delicado tratarlo a puertas cerradas o sin consulta de un especialista”, opina Renville.

Recomienda que cuando una persona sienta que puede caer o recaer en la infidelidad busque ayuda para fortalecer los vínculos que le unen a su pareja y sobre todo su integridad y autoestima. “La infidelidad es vista como una traición a la devoción de los sentimientos que se entregan al otro”, agrega.

Huellas
Recuerdo permanente

La infidelidad queda como una marca indeleble en la víctima. Entre las consecuencias que deja está la inestabilidad, desconfianza, depresión, resentimiento, angustia, delirios.

“Destruye tu autoestima, tu amor propio, tu admiración hacia el otro, que es vital para una relación d pareja. Eso conlleva un desgaste emocional inmenso”, expuso la psicóloga Ana Simó.

Afirma que el hombre sufre más que la mujer y los que lo superan guardan la “espinita” de esa dolorosa experiencia.

“En el matrimonio conlleva muchas complicaciones. Te llenas de ira, de resentimiento. Tienes muchas interrogantes que no te dejan seguir adelante. La persona se cuestiona en qué fallo y obvia que quizás fue el otro quien se manejó mal”, indica Simó.

Se llega al adulterio hasta por curiosidad y la necesidad que tiene el ser humano de experimentar sensaciones diferentes, la atracción por lo prohibido o el rechazo a la monotonía.

Lo mejor es que no ocurra nunca. En caso de que uno de los dos no se sienta cómodo en la relación, lo sano es que sea sincero con su pareja y aclare sus sentimientos.

Según la psicóloga, hay casos menos comunes en los que la infidelidad enaltece la relación, porque la pareja se ha asumido un compromiso real y demostró su arrepentimiento.

Recomendación

Cómo salir airoso

Para reponerse de la amargura se debe agotar un proceso de varias etapas. La terapeuta familiar Dulce Pascual aclara que las consecuencias varían en intensidad y duración dependiendo de si es la primera vez que ocurre, si la pareja viene de una experiencia familiar parecida y de condiciones que provocaron el hecho.

Considera que es un error iniciar otra relación durante el tiempo de dolor y aconseja permanecer un periodo en soledad.

“Es recomendable que quienes viven este tipo de situación tomen tiempo para sí, para una reconstrucción interna”, dice la especialista.

Apunta que vale mucho contar con una red de apoyo, que bien puede estar conformada por miembros de la familia, amigos y compañeros de grupo.

Invita a la persona a redescubrir nuevos espacios donde pueda desarrollar sus destrezas. Esto le ayudará a ocuparse en cosas que le gustan.

Pascual, que labora en el Grupo de Reflexión e Intervención Psicoterapéutica (Grip), sostiene hay casos en los que las personas sienten que no pueden por sí solas cerrar esa fase en sus vidas, lo que les impide seguir hacia adelante.

En esos casos sugiere que se busque la asistencia de un terapeuta que puede ayudarle a superar el conflicto de la mejor manera.

De mis publicaciones en El Caribe

2 comentarios:

Esther Campusano dijo...

q te perdone o q t perdone, comos i yo fuera el santo cachón. si el hombre es infiel es un santito, y encima la mujer es la culpable..pero si es una mujer es mala, q mundo..

Protecasa Solutions,SRL dijo...

En la gran mayoria de casos es culpa de nuestra cultura dominicana, pero eso ya esta cambiando. Viva la liberacion femenina!
En caso de que alguien quiera averiguar o atrapar a su pareja en caso de que esta le este siendo infiel. Existen muchos mecanismos practicos y efectivos que les pueden ayudar a encontrarlo. En San Pedro de Macoris hay una tiendita muy buenas con camaras escondidas y otros articulos que les ayudan en estos casos. los puedes chequear en http://protecasa.com