sábado, 9 de mayo de 2009
La violencia viste uniforme escolar
Consecuencias. La violencia escolar, en sus diferentes manifestaciones como maltrato físico o psicológico, afecta a los estudiantes de forma negativa en su rendimiento académico y autoestima. El comportamiento violento que presentan algunos escolares es un reflejo de lo que ellos viven en su entorno familiar, explican orientadoras y psicólogas.
Modalidades. La forma de maltrato recibida con mayor frecuencia por los alumnos es de carácter psicológico, siendo la agresión física menos habitual, aunque existente. Esta situación dificulta muchas veces que los profesores puedan detectar situaciones de maltrato escolar, según revela un estudio realizado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA)
Foto: Carlos Mejía
En el salón de clases, a Johnisito le tienen un apodo. Sus compañeros le llaman “Johnny galletica”. A Eduardo le dicen “el habla chinche”, a Junior, “el mocoso”; y a Emelyn, “la diablita”.
“A Emelyn no le gusta que le pongan nombre. Llora y a arranca a dar ‘cocotazos’”, explica Johnisito, de siete años, que estudia el segundo de primaria.
A Francheska Sánchez, que cursa el primero de bachillerato, le laman “la lenta”, pero no es la única que tiene un mote en su aula. Otros ostentan el sobrenombre de “grillo”, “caquirri” o “la china”. Desde que estaba en la primaria, Francheska, de 17 años, ha soportado que sus colegas le cambien el nombre. La situación provocó en la joven un desencanto por la escuela, a la que aún asiste porque su familia la anima a ignorar los comentarios burlones. “Me enojo. A veces no puedo controlar la ira y respondo también insultando”.
De mucho no sirve presentar la queja ante la maestra: “La profesora ya está cansada de llamar la atención y lo pasa por alto. Por todo se arma un pleito, los muchachos empiezan a tirar hielo o papeles. Eso molesta y luego empiezan a golpearse unos con otros”, explica la joven.
El comportamiento que presenta un niño agresivo en el centro escolar es un reflejo de lo que viven de sus hogares. Desde la educación básica los niños muestran actitudes agresivas en los juegos y la forma de comportarse y de responder ante sus compañeros y ante los profesores, explica el psicólogo y orientador José Manuel Herrera, quien realizó un estudio comparativo entre un liceo y un colegio de los barrios Cristo Rey y Capotillo, en el que analizó la violencia entre niños de seis y once años.
“El estudio reflejó que los niños que ven muñequitos de corte japonés como Narut y Gokú, durante el recreo imitaba las patadas y piruetas que veían en las caricaturas”, agrega Herrera.
En la Escuela Básica Chile casi un 90 por ciento de los alumnos sufre la violencia intrafamiliar, el padre que golpea a la madre por problemas de drogas, por ejemplo, y esa situación se manifiesta en el comportamiento de los niños en el aula, explica la psicóloga de ese centro, Ana Gloria Antigua.
“Últimamente estamos muy asustadas con los niños que vienen con esa agresividad, un mal vocabulario, que no respetan a su profesora, al director ni ninguna autoridad de la escuela”, expresa.
Destaca que allí hay niños que amenazan con “puyar” a otro. “Hay una niña que de su boca solo sale decir “te voy a cortar, yo tengo mi navaja”. Ella vino de Villa Consuelo pero la tenemos aquí porque no rechazamos a ningún niño”, dice.
Antigua sostiene que reciben poca ayuda de los padres para moldear la conducta de los alumnos. La escuela tienen tres orientadoras y más de 800 estudiantes que provienen de Villa Francisca, Villa Consuelo, Los Guandules, Boca Chica, Villa María y San Carlos.
En la Escuela Básica Chile se reportan a la semana unos 14 casos, la mayoría involucra a niños que toman objetos ajenos y que sustraen dinero. “Ese tipo de casos ha mermado porque nos hemos puesto en vigilancia. Son niños que no tienen madurez ni una ayuda en el hogar. Es el hogar el que no está trabajando como debe”, dice Antigua.
En la Escuela Básica Aida Cartagena de Portalatín se registran entre dos y tres casos a diario de enfrentamientos entre escolares por cuestiones tan disparatadas como porque un compañero lo topó o se puso delante de él en la fila, también porque le tomó el cuaderno sin permiso, informó la psicóloga de ese centro.
“Esa tendencia agresiva se nota mucho en un niño que viene maltratado de la familia, que le han violentado su espacio. Vienen de familias reconstruidas y con casos de violencia muy fuertes en el hogar, esos niños hacen un desplazamiento en el aula de todas esas vivencias”, dice Sobeida Contreras.
Resultados del Estudio de Convivencia Escolar en la República Dominicana revelan que el 20.2 por ciento de los alumnos sufre “el robo y rotura de cosas”, el 16.7 por ciento el ser insultado y ridiculizado. La acción menos frecuente es el acoso sexual físico, con un 5,8 por ciento.
Además, señala que la mayoría de las veces que un alumno agrede a otro se debe a que lo han ignorado y rechazado (10,2 por ciento) y porque ha sufrido el insulto y la crítica (8.7 por ciento).
El informe fue elaborado por e Instituto de Evaluación y Asesoramiento (Idea), con una muestra de 43 escuelas y 15 colegios de diferentes provincias.
Secuelas. Los niños tímidos y tranquilos son las más frecuentes víctimas de las agresiones, lo que les causa irritación, afecta su concentración para estudiar, problemas de autoestima y bajo rendimiento escolar.
“Que le llamen por sobrenombres afecta emocionalmente a los escolares, de igual forma cuando sus compañeros se burlan de algún defecto físico que tenga. Eso también hace que pierdan tiempo de clases porque se llaman a la dirección para dilucidar el tema”, expone la orientadora del Liceo Unión Panamericana, Cleotilde Cruz.
El castigo físico afecta también, sobre todo dependiendo de la persona que lo aplique, opina Cruz. “Si lo recibe de un maestra el niño se siente frustrado porque sabe que no puede tomar represalias con el adulto. Es la misma sensación cuando sufren las comparaciones que hace el maestro o cuando éste le insinúa que es bruto”, expuso.
Medidas
Trabajo de las orientadoras
Cuando los alumnos incurren en agresiones hacia sus compañeros o maestros se dirige al departamento de Orientación de la escuela, si lo hay, o en su defecto a la dirección, donde se le trabajan temas como manejo de conflictos. Además, se cita a los padres para ponerle al tanto del conflicto en que está involucrado su hijo y plantearle técnicas para modificar la tendencia agresiva del joven.
En la escuela básica Aida Cartagena de Portalatín se atiende ahora unos 60 expedientes de violencia, de los que se ha determinado que los niños actúan de manera agresiva por la poca atención que reciben en el hogar.
Acciones para erradicar agresiones
Campaña
Aprender sin Miedo
El reciente 22 de abril se inició la campaña Aprender sin Miedo en las escuelas del suroeste del país (Azua, Barahona, San Juan de la Maguana, Elías Piña y Pedernales), por parte de Plan República Dominicana.
Se enfoca en transformar tres áreas: el castigo corporal, la violencia sexual y el hostigamiento escolar o “bullying”.
“Esta campaña no es contra el maestro, quien también es víctima de la violencia escolar. El propósito es sensibilizar sobre la violencia, promover el buen trato en las escuelas para que los niños tengan un desarrollo integral”, afirma la coordinadora del proyecto, Dilia Leticia Jorge.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la Secretaría de Educación y el Consejo Nacional para la Niñez para extenderlo por otras provincias del país. Cualquier ONG o institución que desee implementar el proyecto puede unirse a Plan República Dominicana. Esta entidad se estableció en el país en 1987 para ejecutar programas a favor del desarrollo comunitario centrado en la niñez. Forma parte de Plan Internacional, que tiene presencia en 66 países donde se patrocinan miles de niños para mejorar su calidad de vida.
Capacitación
Orientadores y maestros
El Departamento de Orientación y Psicología de la Secretaría de Educación se encarga de capacitar al personal docente de las escuelas sobre cómo manejar las conflictivas situaciones entre los alumnos y maestros y alumnos.
“Trabajamos con los maestros y orientadores sobre los riesgos psicosociales de la violencia. Les damos una serie de alternativas de cómo trabajar con esos niños con factores de riesgo psicosociales”, apuntó Rosanilda Mejía, técnica del departamento.
Dijo que fomentan una educación en valores y de rechazo al castigo corporal u otro tipo de agresión, un trabajo para el cual integran a los padres. “Tanto los orientadores como los maestros debemos involucrar de manera activa y sistemática a la familia porque a la escuela llega el producto de la familia. Si el niño en su hogar ve violencia y maltrato es lo que va a reflejar en la escuela”, dijo Mejía.
Señaló que no todas las escuelas cuentan con orientadores por lo que tienen el propósito de lograr que todas cuenten con ese personal. “Aunque se ha reforzado bastante, aún faltan muchos orientadores y psicólogos en las escuelas”, manifestó.
De mis publicaciones en El Caribe
Modalidades. La forma de maltrato recibida con mayor frecuencia por los alumnos es de carácter psicológico, siendo la agresión física menos habitual, aunque existente. Esta situación dificulta muchas veces que los profesores puedan detectar situaciones de maltrato escolar, según revela un estudio realizado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA)
Foto: Carlos Mejía
En el salón de clases, a Johnisito le tienen un apodo. Sus compañeros le llaman “Johnny galletica”. A Eduardo le dicen “el habla chinche”, a Junior, “el mocoso”; y a Emelyn, “la diablita”.
“A Emelyn no le gusta que le pongan nombre. Llora y a arranca a dar ‘cocotazos’”, explica Johnisito, de siete años, que estudia el segundo de primaria.
A Francheska Sánchez, que cursa el primero de bachillerato, le laman “la lenta”, pero no es la única que tiene un mote en su aula. Otros ostentan el sobrenombre de “grillo”, “caquirri” o “la china”. Desde que estaba en la primaria, Francheska, de 17 años, ha soportado que sus colegas le cambien el nombre. La situación provocó en la joven un desencanto por la escuela, a la que aún asiste porque su familia la anima a ignorar los comentarios burlones. “Me enojo. A veces no puedo controlar la ira y respondo también insultando”.
De mucho no sirve presentar la queja ante la maestra: “La profesora ya está cansada de llamar la atención y lo pasa por alto. Por todo se arma un pleito, los muchachos empiezan a tirar hielo o papeles. Eso molesta y luego empiezan a golpearse unos con otros”, explica la joven.
El comportamiento que presenta un niño agresivo en el centro escolar es un reflejo de lo que viven de sus hogares. Desde la educación básica los niños muestran actitudes agresivas en los juegos y la forma de comportarse y de responder ante sus compañeros y ante los profesores, explica el psicólogo y orientador José Manuel Herrera, quien realizó un estudio comparativo entre un liceo y un colegio de los barrios Cristo Rey y Capotillo, en el que analizó la violencia entre niños de seis y once años.
“El estudio reflejó que los niños que ven muñequitos de corte japonés como Narut y Gokú, durante el recreo imitaba las patadas y piruetas que veían en las caricaturas”, agrega Herrera.
En la Escuela Básica Chile casi un 90 por ciento de los alumnos sufre la violencia intrafamiliar, el padre que golpea a la madre por problemas de drogas, por ejemplo, y esa situación se manifiesta en el comportamiento de los niños en el aula, explica la psicóloga de ese centro, Ana Gloria Antigua.
“Últimamente estamos muy asustadas con los niños que vienen con esa agresividad, un mal vocabulario, que no respetan a su profesora, al director ni ninguna autoridad de la escuela”, expresa.
Destaca que allí hay niños que amenazan con “puyar” a otro. “Hay una niña que de su boca solo sale decir “te voy a cortar, yo tengo mi navaja”. Ella vino de Villa Consuelo pero la tenemos aquí porque no rechazamos a ningún niño”, dice.
Antigua sostiene que reciben poca ayuda de los padres para moldear la conducta de los alumnos. La escuela tienen tres orientadoras y más de 800 estudiantes que provienen de Villa Francisca, Villa Consuelo, Los Guandules, Boca Chica, Villa María y San Carlos.
En la Escuela Básica Chile se reportan a la semana unos 14 casos, la mayoría involucra a niños que toman objetos ajenos y que sustraen dinero. “Ese tipo de casos ha mermado porque nos hemos puesto en vigilancia. Son niños que no tienen madurez ni una ayuda en el hogar. Es el hogar el que no está trabajando como debe”, dice Antigua.
En la Escuela Básica Aida Cartagena de Portalatín se registran entre dos y tres casos a diario de enfrentamientos entre escolares por cuestiones tan disparatadas como porque un compañero lo topó o se puso delante de él en la fila, también porque le tomó el cuaderno sin permiso, informó la psicóloga de ese centro.
“Esa tendencia agresiva se nota mucho en un niño que viene maltratado de la familia, que le han violentado su espacio. Vienen de familias reconstruidas y con casos de violencia muy fuertes en el hogar, esos niños hacen un desplazamiento en el aula de todas esas vivencias”, dice Sobeida Contreras.
Resultados del Estudio de Convivencia Escolar en la República Dominicana revelan que el 20.2 por ciento de los alumnos sufre “el robo y rotura de cosas”, el 16.7 por ciento el ser insultado y ridiculizado. La acción menos frecuente es el acoso sexual físico, con un 5,8 por ciento.
Además, señala que la mayoría de las veces que un alumno agrede a otro se debe a que lo han ignorado y rechazado (10,2 por ciento) y porque ha sufrido el insulto y la crítica (8.7 por ciento).
El informe fue elaborado por e Instituto de Evaluación y Asesoramiento (Idea), con una muestra de 43 escuelas y 15 colegios de diferentes provincias.
Secuelas. Los niños tímidos y tranquilos son las más frecuentes víctimas de las agresiones, lo que les causa irritación, afecta su concentración para estudiar, problemas de autoestima y bajo rendimiento escolar.
“Que le llamen por sobrenombres afecta emocionalmente a los escolares, de igual forma cuando sus compañeros se burlan de algún defecto físico que tenga. Eso también hace que pierdan tiempo de clases porque se llaman a la dirección para dilucidar el tema”, expone la orientadora del Liceo Unión Panamericana, Cleotilde Cruz.
El castigo físico afecta también, sobre todo dependiendo de la persona que lo aplique, opina Cruz. “Si lo recibe de un maestra el niño se siente frustrado porque sabe que no puede tomar represalias con el adulto. Es la misma sensación cuando sufren las comparaciones que hace el maestro o cuando éste le insinúa que es bruto”, expuso.
Medidas
Trabajo de las orientadoras
Cuando los alumnos incurren en agresiones hacia sus compañeros o maestros se dirige al departamento de Orientación de la escuela, si lo hay, o en su defecto a la dirección, donde se le trabajan temas como manejo de conflictos. Además, se cita a los padres para ponerle al tanto del conflicto en que está involucrado su hijo y plantearle técnicas para modificar la tendencia agresiva del joven.
En la escuela básica Aida Cartagena de Portalatín se atiende ahora unos 60 expedientes de violencia, de los que se ha determinado que los niños actúan de manera agresiva por la poca atención que reciben en el hogar.
Acciones para erradicar agresiones
Campaña
Aprender sin Miedo
El reciente 22 de abril se inició la campaña Aprender sin Miedo en las escuelas del suroeste del país (Azua, Barahona, San Juan de la Maguana, Elías Piña y Pedernales), por parte de Plan República Dominicana.
Se enfoca en transformar tres áreas: el castigo corporal, la violencia sexual y el hostigamiento escolar o “bullying”.
“Esta campaña no es contra el maestro, quien también es víctima de la violencia escolar. El propósito es sensibilizar sobre la violencia, promover el buen trato en las escuelas para que los niños tengan un desarrollo integral”, afirma la coordinadora del proyecto, Dilia Leticia Jorge.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la Secretaría de Educación y el Consejo Nacional para la Niñez para extenderlo por otras provincias del país. Cualquier ONG o institución que desee implementar el proyecto puede unirse a Plan República Dominicana. Esta entidad se estableció en el país en 1987 para ejecutar programas a favor del desarrollo comunitario centrado en la niñez. Forma parte de Plan Internacional, que tiene presencia en 66 países donde se patrocinan miles de niños para mejorar su calidad de vida.
Capacitación
Orientadores y maestros
El Departamento de Orientación y Psicología de la Secretaría de Educación se encarga de capacitar al personal docente de las escuelas sobre cómo manejar las conflictivas situaciones entre los alumnos y maestros y alumnos.
“Trabajamos con los maestros y orientadores sobre los riesgos psicosociales de la violencia. Les damos una serie de alternativas de cómo trabajar con esos niños con factores de riesgo psicosociales”, apuntó Rosanilda Mejía, técnica del departamento.
Dijo que fomentan una educación en valores y de rechazo al castigo corporal u otro tipo de agresión, un trabajo para el cual integran a los padres. “Tanto los orientadores como los maestros debemos involucrar de manera activa y sistemática a la familia porque a la escuela llega el producto de la familia. Si el niño en su hogar ve violencia y maltrato es lo que va a reflejar en la escuela”, dijo Mejía.
Señaló que no todas las escuelas cuentan con orientadores por lo que tienen el propósito de lograr que todas cuenten con ese personal. “Aunque se ha reforzado bastante, aún faltan muchos orientadores y psicólogos en las escuelas”, manifestó.
De mis publicaciones en El Caribe
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1 comentario:
Amiga, me alegro muchísimo de que este trabajo haya sido escogido como ganador de los premios que entrega Unicef. Es muy completo, Excelente!!
Me siento orgullosa de que me hayas escogido como una de tus amigas!!!!
Felicitaciones!!!!
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