sábado, 13 de junio de 2009

El trabajo decente sí tiene quien le escriba

Epístolas. Más de tres mil estudiantes de unos 500 centros educativos participaron en un concurso que realizó Inposdom sobre cartas al trabajo decente.


Rosa Andreina Almonte. Foto: Alexander Ramírez

Una calle empinada nos lleva a un camino sin asfalto al lado de la cañada de Guajimía, en Buenos Aires de Herrera. Allí reside la joven ganadora del primer lugar del concurso que organizó el Instituto Postal Dominicano (Inposdom), que consistía en escribir una carta dedicada al trabajo decente.

Rosa Andreína Almonte Molina, de 17 años, creció en Santiago de los Caballeros. Hace seis años que vive en Herrera, municipio Santo Domingo Oeste, entre las casas grises que rodean la cañada de Guajimía.

Su cotidianeidad transcurre entre gente que trabaja honradamente en busca de progreso y otro grupo de gente no tan honesta que prefiere obtener riqueza al vapor.

En su barrio ve el modelo de jóvenes ligados al narcotráfico y la delincuencia que terminan sus vidas de forma trágica en manos de la policía o recluidos en una cárcel.

Esas vivencias inspiraron a Rosa a escribir la carta con la que participó en el “Concurso juvenil internacional de composiciones epistolares”.

En poco más de 500 palabras, Rosa describe con gran emotividad ambos estilos de vida que se desarrollan en su entorno. Se apena cuando se refiere a los jóvenes que ha visto caer en la delincuencia. Pronto se apresura a aclarar que no todo está perdido porque una buena parte de la juventud, como ella, está interesada en salir adelante a base de su esfuerzo honorable.

“Cuando trabajamos con honestidad, amor, respeto, responsabilidad y dignidad nos ayudamos nosotros mismos y a los demás con nuestro ejemplo. Cuando nos esforzamos y trabajamos con decencia disfrutamos más lo obtenido y lo valoramos más, porque es fruto de nuestro esfuerzo y dedicación”, expresa la adolescente en su misiva.

Rosa y Fanny Isabel Evangelista Vásquez, ganadora del segundo lugar del concurso, tienen en común la constante sonrisa que impregnan en sus rostros y la fluidez de su conversación. Además, son chicas que manifiestan su fe en Dios.

Rosa es cristiana evangélica. Fanny acude a la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica.

Confiesa que el contacto con jóvenes de su edad dentro de ese grupo católico la ayudado a dejar a un lado la timidez. Y vaya que sí lo ha logrado. Se expresa con seguridad y transmite paz en sus palabras.

Con simpatía, nos abre las puertas de su hogar en el Ensanche La Paz del Distrito Nacional. En momentos donde los diarios recogen tristes noticias que señalan a adolescentes en crímenes y actos delictivos, el mensaje de Fanny pinta un paisaje de optimismo. La opinión que plasmó en su misiva, dirigida a su amiga imaginaria “Jenniffer”, confirma que hay esperanza en un país donde se añoran muchos valores que se consideran perdidos.

“Creo que trabajar decentemente y con las condiciones dignas de un ser humano, no importa en qué tipo de pobreza estés hundida, sólo importa el respeto a ti misma y los resultados fructíferos que puedas alcanzar con ello”, contiene un fragmento de la carta de Fanny.

Su propósito no era ganar. Dice que lo que buscaba era transmitir ánimo a su generación para motivarlos a no caer en el comercio ilícito de ningún tipo. “A los están en la delincuencia, en drogas o prostitución quiero motivarlos a salir de ese camino, porque todo callejón por más oscuro que sea tiene una solución, tiene una salida”.


Fanny Evangelista. Foto: Danny Polanco

Una convocatoria internacional

El Concurso juvenil de composiciones epistolares es el número 38 que realiza el Instituto Postal Dominicano auspiciado a nivel internacional por la Unión Postal Universal (UPU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La convocatoria era para que los estudiantes de las escuelas públicas y privadas del país escribieran una carta a alguien para explicarle de qué forma las condiciones de trabajo decentes pueden conducir a una vida mejor. El concurso cerró en abril.
El tema fue ideado en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo.
Las cartas ganadoras se enviarán a la UPU para su publicación.
El primer lugar tuvo una dotación de RD$25,000.00 y el segundo de RD$15,000.00. El tercer lugar fue compartido entre las estudiantes Karla Ivette, del segundo año de media del Colegio Calasanz, y Amelia Núñez Castillo, de primer año de media de ese mismo centro educativo, con una dotación de RD$10,000.00.

Más cerca

Rosa Andreína Almonte Molina

Edad: 17 años

Grado: Termina el bachillerato en el Liceo Manuel de Jesús Ciprián Valdez

Es hija de alejandrina Molina y Rosario Almonte. Tiene cuatro hermanos. Le gustaría ocupar un cargo político que le permitiera ayudar en el desarrollo de su país. Piensa inscribirse en la universidad para estudiar Matemáticas.

Fanny Isabel Evangelista Vásquez

Edad: 17 años

Grado: Pasó a cuarto de bachillerato en el Colegio Nuestra Señora de la Paz

Es hija de Minerva Vásquez y Francisco Evangelista. Tiene una hermana y un hermano menores que ella. Gusta de leer libros de superación personal. Quiere estudiar una profesión ligada al área de ingeniería o contabilidad.

De mis publicaciones en El Caribe

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