sábado, 18 de julio de 2009
Varios continentes en media isla
Fraternidad. Nacionalidades de todos los continentes han fijado su residencia en República Dominicana. Encontramos árabes, chinos, españoles, estadounidenses, colombianos, venezolanos, ecuatorianos, haitianos y cubanos, por citar algunos. Ellos aprenden de la cultura del país que los acoge pero respetan y mantienen sus originales costumbres y tradiciones.
Foto: Carlos Mejía
La situación política de sus países les motivaron a emigrar. Y el barco los trajo a la República Dominicana. Otros, se apartan de su familia en busca de mejoría económica.
Hay historias que parecen sacadas de la ficción. Las narran quienes un día, planeando sus vacaciones de verano, compraron un billete atraídos por la promoción de un hotel enclavado en una playa paradisíaca, y se quedaron para siempre.
Esa historia se la sabe el italiano Massimo Borghetti, productor y conductor del programa de televisión Él Ático. Se entusiasma cuando cuenta que la hospitalidad y la forma de ser del dominicano fueron razones para decidir quedarse en el país, hace casi treinta años. Aunque en su tierra –codiciada por muchos- llevaba una vida holgada.
“La actitud de la gente, que aunque no tiene nada está sonriendo, que las mujeres se visten temprano en la mañana como que van al teatro para ir a trabajar, me encantó”, dijo.
Miles de extranjeros en esta media isla, que se sienten tan dominicanos como el que más, han hecho aportes invaluables al desarrollo económico, político y social de este país.
La Secretaría de Interior y Policía, durante el periodo 2004 al 2009 ha otorgado 2,653 naturalizaciones. De esa cifra, Cuba encabezan la lista con 708. Le siguen China con 483 naturalizaciones en los últimos cinco años, Estados Unidos con 463, Venezuela con 205, Colombia 91, Puerto Rico con 87, España con 79, Francia, 50, Italia con 49, Perú con 41, Rusia con 37 y Suiza con 33, entre otros.
De países del Medio Oriente como Líbano, Palestina, Siria, Egipto, el país cuenta con prominentes abogados, generales, artistas, médicos, políticos e incluso uno de sus descendientes llegó a ser presidente de la República (Jacobo Majluta).
“Los Tactuk fueron los primeros en poblar Constanza y Jarabacoa”, dice el presidente del Club Libanés-Sirio-Palestino, William Jana.
Los sirios, palestinos, libaneses llegaron sin profesión ni dinero y sin conocimiento del castellano. Sus ganas de progreso les motivaron a congregarse en La Atarazana, en Santo Domingo, donde establecieron diversos negocios, que se extendieron a las avenidas Mella y Duarte.
“A diferencia de otros extranjeros, el que viene del medio oriente se preocupa mucho por educar a sus hijos, proporcionarles una excelente formación”, dice Jana.
Actualmente llegan menos, unos cien al año. Las relaciones entre ambas partes son bastante buenas.
De otras tierras lejanas, es frecuente encontrar en las calles chinos, taiwaneses, japoneses y coreanos.
A partir de las década de 1990, con la mejoría económica del país, inició una nueva migración china que llega por lazos parentales, que son los que se dedican a los negocios de pica pollos, informa la presidenta de la Fundación Flor para Todos, Rosa Ng Báez. “Otras actividades son colmados, restaurantes y lavanderías que fueron evolucionando como los actuales de supermercados chinos, joyerías, centros de uñas, cabañas o moteles, importadoras y panaderías”, apunta.
Esta comunidad se reúne en el Centro de la Colonia China, Logia Masónica Chi Kung Tong, Asociación de Familias Joa, Fundación Chasitong, a la Asociación Chi Tack Tong, a la Fundación Flor para Todos, que agrupa descendientes de chinos y dominicanos. Asimismo, auspicia el Instituto de la Cultura China, que imparte clases de Mandarín.
Los chinos celebran varias fiestas durante el año lunar que rige su calendario.
De igual forma, los taiwaneses han creado cientos de empleos con el establecimiento de zonas francas, fábricas de plásticos y de piezas de vehículos. Se reconocen en la producción de orquídeas, revelado de fotos, agencias de viaje y restaurantes.
Mientras que los japoneses, suman 700. Las relaciones bilaterales entre la República Dominicana y el Japón se establecieron en 1934. Se interrumpieron por la Segunda Guerra Mundial en 1941, siendo reanudadas en 1952.
De más cerca vienen los cubanos. Actualmente, rondan los diez mil, según el presidente de la Asociación Cultural Máximo Gómez de cubanos residentes en República Dominicana, Husmell Díaz. Se desempeñan como maestros, artistas en diversas áreas, escritores, periodistas, médicos, comerciantes y empresarios en distintas facetas, sobre todo en los negocios de comida.
Los ecuatorianos conforman un próspero grupo que va en aumento. Hasta ahora se registran unos 500. Sólo la mitad reside en la capital, según el consulado de ese país en Santo Domingo.
El cónsul Eduardo Durán Cousin informa que una parte es empleado privado y otra cantidad ha establecido su propio negocio. Unos 150 ecuatorianos pertenecen a la comunidad indígena Otavalo, que son los comerciantes de artesanía que vemos principalmente en las zonas turísticas.
España
Según el consulado de España, hay 13, 500 españoles en el país. Las relaciones entre República Dominica y España son históricas. En la década de 1960 se registra una notoria migración de españoles, producto de la complicada situación política y económica en que se encontraba ese país. La mayor parte de los emigrantes que llegaron eran asturianos acompañados de familiares cercanos. Establecieron tiendas por departamentos y otros negocios que aun existen, principalmente en la calle El Conde y las avenidas Duarte y Mella de la capital.
Líbano
El presidente del Club Libanés, Sirio, Palestino, el reconocido médico William Jana, estima que en el país hay unas 100 familias palestinas, casi 300 libanesas y unas 30 sirias. Explica que a finales de 1890 llegó la familia Haché. Pero después de la primera guerra mundial (1917) fue cuando empezó la emigración a América de los ciudadanos del medio oriente. Se dedicaron al comercio mayorista y detallista.
En el club se realizan actividades culturales y un cura maronita oficia misas en arameo y español.
China
La presidenta de la Fundación Flor para Todos, gestora del Barrio Chino en Santo Domingo, afirma que en el país viven unos 30 mil chinos cuyos descendientes probablemente dupliquen esa cifra. Investigaciones del historiador domínico-chino José Chez Checo revelan que el primero de ellos llegó a esta isla en 1862.
Los chinos vinieron al país en pequeños grupos especialmente entre los años de 1920 y 1940.
La celebración del Año Nuevo Chino o fiesta de la primavera es la fiesta más importante que esa comunidad celebra.
Taiwán
La población taiwanesa ronda los 700 habitantes, según el presidente de la Cámara de Comercio de Taiwán en República Dominicana, Chan Chun Ping. Ese organismo, con 20 años de fundado en el país, tiene 100 empresas inscritas.
Es un punto de reunión de taiwaneses para compartir bailes tradicionales, la celebración del año nuevo en el calendario lunar, la fiesta del dragón y la fiesta de lunar. En esta institución funciona una escuela que imparte mandarín, como forma de fomentar un acercamiento entre ambas culturas.
Haití
Una cantidad difícil de cuantificar es la haitiana. El interés de la mayor parte de los que cruzan la frontera es trabajar para mejorar sus condiciones de vida. Están integrados a labores agrícolas, de construcción y en el comercio. Además, una importante población fija residencia en este país para estudiar en las universidades. Se estima que esos ascienden a doce mil.
El consejero de Cultura de la embajada, Reginald Víctor-Louis, explica que entre las actividades que organizan está la Semana cultural Domínico-haitiana que este año se realiza del 3 al 8 de agosto.
Publicado en El Caribe
Foto: Carlos Mejía
La situación política de sus países les motivaron a emigrar. Y el barco los trajo a la República Dominicana. Otros, se apartan de su familia en busca de mejoría económica.
Hay historias que parecen sacadas de la ficción. Las narran quienes un día, planeando sus vacaciones de verano, compraron un billete atraídos por la promoción de un hotel enclavado en una playa paradisíaca, y se quedaron para siempre.
Esa historia se la sabe el italiano Massimo Borghetti, productor y conductor del programa de televisión Él Ático. Se entusiasma cuando cuenta que la hospitalidad y la forma de ser del dominicano fueron razones para decidir quedarse en el país, hace casi treinta años. Aunque en su tierra –codiciada por muchos- llevaba una vida holgada.
“La actitud de la gente, que aunque no tiene nada está sonriendo, que las mujeres se visten temprano en la mañana como que van al teatro para ir a trabajar, me encantó”, dijo.
Miles de extranjeros en esta media isla, que se sienten tan dominicanos como el que más, han hecho aportes invaluables al desarrollo económico, político y social de este país.
La Secretaría de Interior y Policía, durante el periodo 2004 al 2009 ha otorgado 2,653 naturalizaciones. De esa cifra, Cuba encabezan la lista con 708. Le siguen China con 483 naturalizaciones en los últimos cinco años, Estados Unidos con 463, Venezuela con 205, Colombia 91, Puerto Rico con 87, España con 79, Francia, 50, Italia con 49, Perú con 41, Rusia con 37 y Suiza con 33, entre otros.
De países del Medio Oriente como Líbano, Palestina, Siria, Egipto, el país cuenta con prominentes abogados, generales, artistas, médicos, políticos e incluso uno de sus descendientes llegó a ser presidente de la República (Jacobo Majluta).
“Los Tactuk fueron los primeros en poblar Constanza y Jarabacoa”, dice el presidente del Club Libanés-Sirio-Palestino, William Jana.
Los sirios, palestinos, libaneses llegaron sin profesión ni dinero y sin conocimiento del castellano. Sus ganas de progreso les motivaron a congregarse en La Atarazana, en Santo Domingo, donde establecieron diversos negocios, que se extendieron a las avenidas Mella y Duarte.
“A diferencia de otros extranjeros, el que viene del medio oriente se preocupa mucho por educar a sus hijos, proporcionarles una excelente formación”, dice Jana.
Actualmente llegan menos, unos cien al año. Las relaciones entre ambas partes son bastante buenas.
De otras tierras lejanas, es frecuente encontrar en las calles chinos, taiwaneses, japoneses y coreanos.
A partir de las década de 1990, con la mejoría económica del país, inició una nueva migración china que llega por lazos parentales, que son los que se dedican a los negocios de pica pollos, informa la presidenta de la Fundación Flor para Todos, Rosa Ng Báez. “Otras actividades son colmados, restaurantes y lavanderías que fueron evolucionando como los actuales de supermercados chinos, joyerías, centros de uñas, cabañas o moteles, importadoras y panaderías”, apunta.
Esta comunidad se reúne en el Centro de la Colonia China, Logia Masónica Chi Kung Tong, Asociación de Familias Joa, Fundación Chasitong, a la Asociación Chi Tack Tong, a la Fundación Flor para Todos, que agrupa descendientes de chinos y dominicanos. Asimismo, auspicia el Instituto de la Cultura China, que imparte clases de Mandarín.
Los chinos celebran varias fiestas durante el año lunar que rige su calendario.
De igual forma, los taiwaneses han creado cientos de empleos con el establecimiento de zonas francas, fábricas de plásticos y de piezas de vehículos. Se reconocen en la producción de orquídeas, revelado de fotos, agencias de viaje y restaurantes.
Mientras que los japoneses, suman 700. Las relaciones bilaterales entre la República Dominicana y el Japón se establecieron en 1934. Se interrumpieron por la Segunda Guerra Mundial en 1941, siendo reanudadas en 1952.
De más cerca vienen los cubanos. Actualmente, rondan los diez mil, según el presidente de la Asociación Cultural Máximo Gómez de cubanos residentes en República Dominicana, Husmell Díaz. Se desempeñan como maestros, artistas en diversas áreas, escritores, periodistas, médicos, comerciantes y empresarios en distintas facetas, sobre todo en los negocios de comida.
Los ecuatorianos conforman un próspero grupo que va en aumento. Hasta ahora se registran unos 500. Sólo la mitad reside en la capital, según el consulado de ese país en Santo Domingo.
El cónsul Eduardo Durán Cousin informa que una parte es empleado privado y otra cantidad ha establecido su propio negocio. Unos 150 ecuatorianos pertenecen a la comunidad indígena Otavalo, que son los comerciantes de artesanía que vemos principalmente en las zonas turísticas.
España
Según el consulado de España, hay 13, 500 españoles en el país. Las relaciones entre República Dominica y España son históricas. En la década de 1960 se registra una notoria migración de españoles, producto de la complicada situación política y económica en que se encontraba ese país. La mayor parte de los emigrantes que llegaron eran asturianos acompañados de familiares cercanos. Establecieron tiendas por departamentos y otros negocios que aun existen, principalmente en la calle El Conde y las avenidas Duarte y Mella de la capital.
Líbano
El presidente del Club Libanés, Sirio, Palestino, el reconocido médico William Jana, estima que en el país hay unas 100 familias palestinas, casi 300 libanesas y unas 30 sirias. Explica que a finales de 1890 llegó la familia Haché. Pero después de la primera guerra mundial (1917) fue cuando empezó la emigración a América de los ciudadanos del medio oriente. Se dedicaron al comercio mayorista y detallista.
En el club se realizan actividades culturales y un cura maronita oficia misas en arameo y español.
China
La presidenta de la Fundación Flor para Todos, gestora del Barrio Chino en Santo Domingo, afirma que en el país viven unos 30 mil chinos cuyos descendientes probablemente dupliquen esa cifra. Investigaciones del historiador domínico-chino José Chez Checo revelan que el primero de ellos llegó a esta isla en 1862.
Los chinos vinieron al país en pequeños grupos especialmente entre los años de 1920 y 1940.
La celebración del Año Nuevo Chino o fiesta de la primavera es la fiesta más importante que esa comunidad celebra.
Taiwán
La población taiwanesa ronda los 700 habitantes, según el presidente de la Cámara de Comercio de Taiwán en República Dominicana, Chan Chun Ping. Ese organismo, con 20 años de fundado en el país, tiene 100 empresas inscritas.
Es un punto de reunión de taiwaneses para compartir bailes tradicionales, la celebración del año nuevo en el calendario lunar, la fiesta del dragón y la fiesta de lunar. En esta institución funciona una escuela que imparte mandarín, como forma de fomentar un acercamiento entre ambas culturas.
Haití
Una cantidad difícil de cuantificar es la haitiana. El interés de la mayor parte de los que cruzan la frontera es trabajar para mejorar sus condiciones de vida. Están integrados a labores agrícolas, de construcción y en el comercio. Además, una importante población fija residencia en este país para estudiar en las universidades. Se estima que esos ascienden a doce mil.
El consejero de Cultura de la embajada, Reginald Víctor-Louis, explica que entre las actividades que organizan está la Semana cultural Domínico-haitiana que este año se realiza del 3 al 8 de agosto.
Publicado en El Caribe
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