jueves, 30 de julio de 2009

Media carretera, seis años después


Han pasado seis años desde que se dio el primer picazo para la construcción de la carretera San Cristóbal-Baní y vemos como ahora se anuncia con algarabía que para este agosto se inaugurará el primer tramo de 18 kilómetros, de los 28 que la conforman.
Pero son 18 kilómetros que ni siquiera están terminados en su totalidad porque la media docena de pasos a desniveles que tiene ese tramo está a medio construir.
Vergüenza debería darle a las autoridades hacer tal anuncio seis años después. Quizás el afán por apresurar los trabajos sea para que el Presidente de la República incluya esa media obra en su discurso del próximo día 16, cuando tiene que rendir cuentas al país.
Esperemos que ese acto de inauguración preliminar, sin fecha fija aún, no deje en el olvido la terminación de los 10 kilómetros y los 14 puentes que faltan y que no tengamos que esperar seis años más para disfrutar de una autopista completa, como se merecen las miles de personas que transitan a diario en más de 13 mil vehículos de todo tipo.
Más que felices con tal inauguración, debiéramos estar indignados. Porque mientras no se concluya la pista, el trayecto seguirá siendo escenario de accidentes de tránsito que hasta el momento han dejado incontables muertos y heridos.
Yo, que viajo frecuentemente, y que por muchos años transitaba esos kilómetros a diario primero como estudiante universitaria y después como empleada privada en la capital, conozco bien el extremo peligro al que se expone el viajero: malas señalizaciones y en algunos tramos nula, curvas cerradas, desvíos inesperados, el paso de vehículos pesados y la continuidad con que se instalan grandes muros de los denominados "New Jersey" donde uno menos se los espera, estrechando la vía.


Esos seis años significan tres periodos presidenciales (finales de la gestión de Hipólito Mejía-Partido Revolucionario Dominicano y gestión y media de Leonel Fernández- Partido de la Liberación Dominicana).
Los últimos cuatro años representan la construcción total del controversial Metro de Santo Domingo de 14 kilómetros, con todas las complejidades que implica un proyecto de esa magnitud y la inversión millonaria. Mientras tanto los sureños sufríamos al ver como se paralizaban con regularidad los trabajos en la carretera por inconvenientes con los trabajadores, por ejemplo.
Ese lapso (abril de 2002-julio de 2009) significan que la única autopista que comunica a la región sur con la capital del pais ha estado varada por tiempo prolongado mientras se cambiaba de contrato a tres compañías y por escándalos de toda índole, incluso supuestas malversaciones de los fondos.


En lo que se termina la obra, miles de familias establecidas en las orillas viven enfermas del polvo, la tierra, el ruido de las maquinarias y todo el engranaje que supone la construcción. Viven incómodas porque tienen el frente de sus casas invadidas con el estacionamiento de gredar y camiones. Se mantienen exhaustas de mal vivir porque cuando llueve se posan aguas negras y lodo en sus puertas porque les han roto los contenes y como estamos en faenas de edificación aun no es turno de desagues.
Otras cientos ni siquiera viven porque se tuvieron que mudar y están pasando las de Caín debido a que las viviendas que levantaron con su trabajo honesto y sacrificado obstaculizaban uno de los carriles y aún están a la espera de la remuneración que les corresponde por ceder sus terrenos a la causa.
Al principio, la inversión sería de unos 80 millones de dólares y ahora ni se sabe por donde irá la cosa, se estima que unos 130 millones de dólares (cinco mil millones de pesos).
Cada vez que han podido, las autoridades han manifestado que este proyecto representa su prioridad. Sin embargo, en la práctica no luce la urgencia por terminar una pista que representa un aporte para el desarrollo de una región siempre marginada y la última en la fila en cuanto a inversiones.
Mi Sur sabe bien que nada le ha sido regalado porque sí, que lo poco que tiene lo ha tenido que exigir y pelear y defender. Por eso seguirá paciente, pero no tolerante ni tonto.

Fotos: Danny Polanco

2 comentarios:

wilfredotejeda dijo...

Hola como estas, esa es la penosa realidad de nuestra carretera igual que tu la recorro a cada momento, ojalá y la terminen completa y no por partes, antes que ocurran mas tragedias de las tantas que van, mientras tanto tendremos que ver las formas de presionar por las vias mas oportunas para ver si cumplen con lo que tanto dicen y la terminan como debe ser, ya no en tiempo prudente pues la tardanza hace mucho pasó de imprudente, te me cuidas muuuuuuchoo... Un abrazo..

Esther Campusano dijo...

Este finde fui a Santiago y esa carretera da PENA, es una verguenza.