Salvador Bautista empezó a tomar alcohol a los 12 años, a escondidas de su mamá. “Me juntaba con amigos que eran más grandes que yo, que bebían mucho, y así empecé a darme mis tragos”, dice Salvador, hoy con 20 años cumplidos y la costumbre de embriagarse con frecuencia.
Su historia se repite en gran parte de la población que consume alcohol en el país. Un estudio que presentaron en junio pasado el Consejo Nacional de Drogas (CND) y la Asociación Probienestar de la Familia (Profamilia) revela que el 75% de los que toman alcohol inició cuando era adolescente. De ese porcentaje, el 8.6% tenía menos de 13 años.
En tanto, el Ministerio de Salud Pública realizó un estudio el año pasado que arrojó que el 42% de la población consume alcohol en diferentes proporciones y el 58% son personas abstemias.
La población que experimenta la embriaguez en la niñez o la adolescencia va en aumento, según reflejan registros del Comité de Operaciones de Emergencia, de la Procuraduría General de la República y de centros de rehabilitación de adictos. No existen registros oficiales, pero la procuradora adjunta del departamento de Niñas, Niños y Adolescentes, Celeste Reyes, sustenta esa afirmación con el incremento de padres que han sancionado tras recibir la denuncia de que sus hijos se intoxicaron por la ingesta de licores. Afirma que en Navidad, Semana Santa y días de asueto es cuando más casos se reportan. En las recientes fiestas de Año Nuevo, Reyes conoció en San Cristóbal a un niño de siete años que se intoxicó por unos tragos de ron que le dio su tío, de 35 años. “El padre del pequeño había muerto y su tío, amargado por la muerte de su hermano, se puso a tomar hasta emborracharse. En un momento se hizo acompañar del niño porque le recordaba a su hermano”, narra la fiscal.
Ese adulto, al que se le dictó prisión preventiva, enfrentará una sanción de dos a cinco años de prisión y una multa que va de 500 a mil pesos, mientras el menor se encuentra en estado grave en un hospital. De acuerdo a Reyes, la Procuraduría no tipifica en sus registros ese tipo de casos. “No tenemos las cifras específicas, pero te puedo decir desde mi experiencia que cada vez son más los casos que nos llegan de menores ligados alcohol y eso es preocupante”, dijo.
Si observamos los informes del Centro de Operaciones de Emergencias en los feriados encontramos que en los últimos años más pequeños han sufrido los estragos de una borrachera. El informe de las pasadas navidades recoge que 24 menores, de hasta un año de edad, se intoxicaron por la ingesta de alcohol. El número representa un aumento del 50% con relación al año pasado, cuando 16 menores se enfermaron por esa causa.
Los jóvenes que consumen alcohol pueden desarrollar problemas de adicción en etapas posteriores de sus vidas. Salvador, por ejemplo, indica que ‘bebe’ “cada vez que tiene cuartos”. Trabaja como despachador en una ferretería donde devenga un salario de 4,000 pesos mensuales, de los que sabe gastar mil pesos en una noche de parranda. “A veces me invitan los muchachos, compran un galón (de ron) y nos lo vamos a beber tranquilos, en coro”, dice Salvador, que proviene de estratos humildes y no terminó la escuela primaria.
Carlos Manuel, de 15 años, también empezó a tomar a los 12 años, pero inducido porque veía esa conducta en su padre. Toma los fines de semanas o en fiestas, lo que para él no es un problema ni significa adicción. “Es algo que puedo manejar”, agrega. Precisamente esa falsa seguridad de que tienen la situación bajo control puede conducir a la adicción.
Echemos un vistazo a las estadísticas del centro de rehabilitación de adictos Hogar Crea Dominicano: en los últimos dos años 145 menores, de ocho años en adelante, han entrado al programa, de los cuales solo 18 culminaron el proceso, equivalente a 12.41%.
En la actualidad, de los 68 menores que reciben tratamiento, ocho chicos y cinco chicas tienen adicción al alcohol. “Pero el total general manifiesta haber tenido contacto con el alcohol aunque no sea su sustancia de preferencia, ya que a esta edad el consumo de alcohol no les representa un problema porque se trata de una droga legal”, explica el director de Tratamiento, Armando Espinal, que etiqueta a la dependencia de alcohol como la puerta de entrada a otras adicciones.
“Los jóvenes adictos al alcohol o cualquier otra sustancia es más vulnerable al VIH/Sida por el contacto con personas adultas que en muchos de los casos son quienes les proveen las sustancias para manipularlos”, añadió.
Existe una ley que poco se cumple
El cartel que reza “Prohibida la venta de bebidas alcohólicas a menores, Ley 136-03” que se cuelga en centros de expendio de licores por orden de la Procuraduría, para muchos no deja de ser un simple letrero que todos ignoran, pues en muchos de esos negocios se vende el ron sin restricción.
“La mayoría de los centros que violan la ley son los colmadones, las dueños de discotecas respetan más”, añade la magistrada Celeste Reyes.
Reyes explica que en los negocios en los que se detectan la violación de esa ley, la fiscalía lo cierra por un periodo de 15 a 60 días, dependiendo de si es la primera vez o si es reincidente. Ese cierre provisional se toma hasta que un juez determina la sanción, que consiste en el cierre definitivo del centro comercial y prisión para su propietario.
Salud Pública tiene un plan de acción
El departamento de Alcohol y Drogas de Salud Pública inició la semana pasada la capacitación de médicos y enfermeras del primer nivel de atención para que sepan cómo manejar los casos de adicción que llegan a los hospitales. El programa de formación, que se desarrolla junto al Centro de Orientaciòn e Investigaciòn Integral y la Fundaciòn Volver se extenderá a dirigentes comunitarios y maestros.
Elías Tejeda, encargado del departamento, apunta que en el hospital Francisco Moscoso Puello funcionará la primera unidad de rehabilitación para adictos al alcohol, del sector público.
“Quien empieza temprano en el acohol es un potencial enfermo y sería una carga porque no es un ente productivo. Es una carga familiar y para el sistema de salud”, indica Tejeda, que responsabiliza a los padres de la actitud de sus hijos menores. Salud Pública realizará una encuesta este año para determinar la población alcohólica.
Marina Orbe
PSICÓLOGA
“Las estadísticas de diciembre se elevan por la permisividad de los padres, muchas familias que no acostumbran a tomar alcohol en esa fecha lo hacen y dan permiso a sus hijos. Como consecuencia los menores le van tomando el gustito y luego ingieren alcohol por su cuenta”.
Celeste Reyes
PROCURADORA ADJUNTA
“Cada día aumenta más la cantidad de menores que encontramos en discotecas y bares. A nosotros nos preocupa mucho porque son muchas las consecuencias que eso trae desde deserción escolar, agresiones violentas y hasta intoxicaciones que pueden llevar al adolescente a la muerte”.
Armando Espinal
HOGAR CREA
Más del 90% de quienes vienen a Hogar Crea a rehabilitarse ha tenido que ver con el alcohol, no importa la sustancia a la que es adicta”
Elías Tejeda
SALUD PÚBLICA
La mayoría de los menores inicia el consumo en su hogar inducidos por sus padres, porque entienden que eso los convertirá en adultos”
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