martes, 6 de mayo de 2008
Nuestro primer encuentro
Aquella tarde nublada fue testigo de mi emoción.
Aunque el sol se perdió el encuentro, la lluvia me acompañó.
Pero la emoción más fuerte me embargó en la noche, cuando la vi brillante.
Su luz me iluminó y me sentí feliz!!!
Tan imponente como jamás imaginé.
Alguna vez volveré a ti, Torre Eiffel.
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