viernes, 16 de abril de 2010
La fuerza de un volcán
En Finlandia, a nadie le sorprende la actividad del volcán Eyjafjöll. Pero sí les dejado atónitos que su erupción les afecte, pues Islandia se encuentra a más de dos mil kilómetros del territorio de este país nórdico.
Islandia es el país que registra el mayor número de actividades volcánicas. Forma parte de la región escandinava junto a Noruega, Finlandia, Estocolmo y Suecia.
Este fenómeno inusual se convirtió en el tema de conversación de los fineses desde que ayer jueves se conocieron las consecuencias que traería al lado norte de Europa. Algunos no pueden evitar mirar al cielo cuando se refieren al tema, quizás se le asoma la idea de que se pueda apreciar algún rastro de los residuos volcánicos. Pero nada se puede observar pisando tierra.
En vano muchos trataban de recordar la última vez que ocurrió un hecho similar. Según registros, de eso hace 189 años, en 1821.
Muchos fineses temen que las consecuencias de la erupción del volcán provoque que el frío se extienda durante el ansiado verano. De hecho, las bajas temperaturas se han mantenido similares a las de invierno estos días, a pesar de que la primavera hizo su entrada hace unas semanas.
La actividad del volcán islandés inició el 21 de marzo con la emisión de un leve humo que poco a poco cesaba. Sin embargo retomó fuerza esta semana y su erupción el miércoles en la madrugada formó una densa nube de cenizas de unos ocho kilómetros de densidad que el viento ha esparcido en el espacio aéreo de la región escandinava, Gran Bretaña y zonas del norte de Europa.
Las cenizas no trasmiten contaminación al aire que se respira en la ciudad pero si para los vuelos. Está la posibilidad de que el polvillo negruzco que consiste en partículas de arena, roca y cristales se introduzca en los motores de los aviones y lo atasque.
Para que tengamos una idea de la magnitud del caso, unos cinco mil vuelos se cancelaron dejando a cientos de miles de pasajeros varados. Eurocontrol, organismo, que agrupa a las instituciones encargadas de la seguridad aérea en 38 países estima que 1.3 millones de pasajeros resultaron afectados.
Aquellos cuyo destino es algún país de Europa han optado por viajar por tierra. Las estaciones de autobuses debieron aumentar las frecuencias de sus horarios debido al inesperado aumento de la demanda.
Al menos en Helsinki, Finlandia, encontrar una habitación de hotel disponible es un dolor de cabeza. Quienes están obligados a esperar a que pase la nube han copado casi todas las habitaciones.
Este viernes, la oficina de Migración de Helsinki estuvo llena de extranjeros que estaban de visita en la ciudad por un corto periodo y tenían planeado partir justo el día de la erupción. Procuraban que les extendieran su visado hasta el día en que pudieran regresar a sus países.
Islandia es el país que registra el mayor número de actividades volcánicas. Forma parte de la región escandinava junto a Noruega, Finlandia, Estocolmo y Suecia.
Este fenómeno inusual se convirtió en el tema de conversación de los fineses desde que ayer jueves se conocieron las consecuencias que traería al lado norte de Europa. Algunos no pueden evitar mirar al cielo cuando se refieren al tema, quizás se le asoma la idea de que se pueda apreciar algún rastro de los residuos volcánicos. Pero nada se puede observar pisando tierra.
En vano muchos trataban de recordar la última vez que ocurrió un hecho similar. Según registros, de eso hace 189 años, en 1821.
Muchos fineses temen que las consecuencias de la erupción del volcán provoque que el frío se extienda durante el ansiado verano. De hecho, las bajas temperaturas se han mantenido similares a las de invierno estos días, a pesar de que la primavera hizo su entrada hace unas semanas.
La actividad del volcán islandés inició el 21 de marzo con la emisión de un leve humo que poco a poco cesaba. Sin embargo retomó fuerza esta semana y su erupción el miércoles en la madrugada formó una densa nube de cenizas de unos ocho kilómetros de densidad que el viento ha esparcido en el espacio aéreo de la región escandinava, Gran Bretaña y zonas del norte de Europa.
Las cenizas no trasmiten contaminación al aire que se respira en la ciudad pero si para los vuelos. Está la posibilidad de que el polvillo negruzco que consiste en partículas de arena, roca y cristales se introduzca en los motores de los aviones y lo atasque.
Para que tengamos una idea de la magnitud del caso, unos cinco mil vuelos se cancelaron dejando a cientos de miles de pasajeros varados. Eurocontrol, organismo, que agrupa a las instituciones encargadas de la seguridad aérea en 38 países estima que 1.3 millones de pasajeros resultaron afectados.
Aquellos cuyo destino es algún país de Europa han optado por viajar por tierra. Las estaciones de autobuses debieron aumentar las frecuencias de sus horarios debido al inesperado aumento de la demanda.
Al menos en Helsinki, Finlandia, encontrar una habitación de hotel disponible es un dolor de cabeza. Quienes están obligados a esperar a que pase la nube han copado casi todas las habitaciones.
Este viernes, la oficina de Migración de Helsinki estuvo llena de extranjeros que estaban de visita en la ciudad por un corto periodo y tenían planeado partir justo el día de la erupción. Procuraban que les extendieran su visado hasta el día en que pudieran regresar a sus países.
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