martes, 1 de junio de 2010
Mirando a Haití
Estuve en Haití tres días, desde el viernes 28 hasta el domingo 31 de mayo. Fui con un equipo (camarógrafo, fotógrafo y chofer) para realizar unos reportajes sobre la situación de Puerto Príncipe, la capital, a más de cuatro meses de la tragedia del pasado 12 de enero.
El cuadro que ví fue deprimente. Una ciudad totalmente desbaratada, gente luchando por sobrevivir a todo tipo de penurias, miles aglomerados en carpas sin los más mínimos servicios básicos.
La posición del periodista es muy triste. Uno tiene que controlarse para no caer rendido de pena y saber que anda trabajando. Es difícil hacer esa separación. Tienes que sacar fortaleza para seguir adelante, pero no puedes evitar ideficarte con esos problemas y sufrir la penas ajenas.
Tantos testimonios de gente que tiene hambre, víctima de todo tipo de abusos, desesperada, enferma, me hicieron llorar estos días y sacaron de mi los reportajes que compartiré con ustedes en las siguientes entradas a este blog y fueron publicados en el periódico El Caribe.
No parece que hace más de cuatro meses que ocurrió el desastroso sismo de siete grados que devastó varias ciudades y dejó unos 300 mil muertos. Los escombros siguen apilados a un lado de las acera recordando ese fatídico día y la necesidad de actuar pronto para salvar a los que sobrevivieron.
El cuadro que ví fue deprimente. Una ciudad totalmente desbaratada, gente luchando por sobrevivir a todo tipo de penurias, miles aglomerados en carpas sin los más mínimos servicios básicos.
La posición del periodista es muy triste. Uno tiene que controlarse para no caer rendido de pena y saber que anda trabajando. Es difícil hacer esa separación. Tienes que sacar fortaleza para seguir adelante, pero no puedes evitar ideficarte con esos problemas y sufrir la penas ajenas.
Tantos testimonios de gente que tiene hambre, víctima de todo tipo de abusos, desesperada, enferma, me hicieron llorar estos días y sacaron de mi los reportajes que compartiré con ustedes en las siguientes entradas a este blog y fueron publicados en el periódico El Caribe.
No parece que hace más de cuatro meses que ocurrió el desastroso sismo de siete grados que devastó varias ciudades y dejó unos 300 mil muertos. Los escombros siguen apilados a un lado de las acera recordando ese fatídico día y la necesidad de actuar pronto para salvar a los que sobrevivieron.
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