domingo, 20 de diciembre de 2009

Bella, que te quiero bella

A los 14 años, cuando el cuerpo adolescente está en pleno desarrollo, muchas jovencitas empiezan a preocuparse por llevar dietas para controlar su peso. Más que una iniciativa personal, la motivación viene de su madre, que prevé la figura que definirá a su hija.

Por otro lado, aunque parezca inofensivo, comentarle a un amigo que ha ganado unas libras puede llevarlo a cuestionar su apariencia. Esas son formas de presión social que empujan al quirófano a quien se siente inconforme con su aspecto.

Esta ansiedad ataca con más frecuencia a personas inseguras, que desconfían de su capacidad intelectual y con pobre o nula autoestima, afirman especialistas de la conducta humana.

El psiquiatra Secundino Palacios explica que la cirugía estética es un área respetable de la medicina que no debe despreciarse a menos que el paciente acuda a ella para lograr transformaciones que niegan su verdadera identidad cultural.

“El esfuerzo de una mulata por ser rubia, por procurar una nariz anglosajona o unos glúteos más pequeños, quiere decir que está negando su genotipo, su origen cultural”, afirma Palacios.

Los medios de comunicación cumplen su cuota de influencia con la promoción de figuras masculinas perfectas y mujeres delicadamente modeladas. Pero no solo transmiten al público ese producto, también inducen a quienes trabajan frente a la pantalla a lograr un cuerpo hecho a mano. Un ejemplo local son las denominadas “megadivas”, que para llamar la atención, casi todas, debieron aplicarse el bisturí.

“Desde que una niña está pequeñita vemos cómo se introduce en su pensamiento el modelo de cuerpo perfecto con la muñeca Barbie. No se nos enseña a querernos como somos sino a parecernos a las personas que provienen de donde está el poder económico o las estrellas del espectáculo”, opina Palacios.


Antes de decidirse por una cirugía estética, la primera opción debe ser visitar un gimnasio o, quizás, consultar un psicoterapeuta. “Tenemos que entender que el ser humano no sólo es cuerpo, también es espíritu. Primero tenemos que aceptarnos y querernos como somos”, afirma la psicóloga María Renville.

Es preciso recordar que luego de una cirugía estética no se puede volver atrás. Si el problema no era de quirófano sino de autoestima el paciente pudiera caer en depresión si no logró los cambios que imaginaba. La decisión de una intervención quirúrgica debe ser personal.

El cirujano estético Franklyn de Jesús explica que en su consulta es común encontrar gente que luce bien, entonces lo correcto es que el médico indague qué hay más allá: sobre su situación marital, si duerme, si no duerme, si se levanta en las noches, a fin de determinar si hay algún problema psíquico o psicológico.

“Muchas veces la solución de un problema o estigma psicológico no está en una intervención quirúrgica. En ese caso, la cirugía no está indicada por el punto de vista ético y moral”, expone De Jesús.

Y agrega: “Vemos el caso del marido que se busca una mujer más joven, y la paciente que llega muchas veces no quiere aceptar que quizás tiene sus 50 años y pretende competir con una jovencita de 25 años, es muy difícil. En eso uno se da cuenta que la ayuda que necesita es de un psicólogo”.

Buscan la perfección

*El 70% de los médicos que realiza cirugía plástica en el país no está debidamente formado y no existe una norma que regule esa práctica, según el director de la Residencia Nacional de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética, Severo Antonio Mercedes.

*En las consultas de cirujanos estéticos los hombres constituyen menos del diez por ciento. La mayoría pide abdominoplastía y arreglarse la nariz.

*Las mujeres entre los 25 y 40 años de edad, que ya han parido, son las que más demandan cirugías. Solicitan abdomen, mamas y lipoescultura.

*La mayoría de los que deciden hacerse una cirugía estética antes intentaron hacer dieta.

*El cirujano plástico Mario Hernández afirma que es alto el porcentaje de los pacientes que luego de hacerse una cirugía requieren otras. Advirtió que hay quienes sufren dismorfia, una persona que no está conforme con nada de su cuerpo.

Opiniones de un psiquiatra y un médico cirujano

Secundino palacios
Psiquiatra


“Hay quienes creen que si transforman su físico tienen mayores posibilidades de conseguir empleo o triunfar en el amor. Fíjate que no hay un debate alrededor del intelecto, de qué tú tienes en la cabeza”.

Mario Hernández
Cirujano Plástico


“Vienen a la consulta jovencitas con problemas de autoestima porque han engordado y ahí entra la conciencia del médico de saber que ella puede restaurar su figura sin una liposucción porque todavía tiene una piel de calidad”.

Publicado en El Caribe

2 comentarios:

Sheila dijo...

Hola Felivia. Está muy en boga eso de las cirugías plásticas entre las mujeres y los hombres, más entre las primeras. Las cirugías no son tan costosas en sentido relativo, y en un abrir y cerrar de ojos una mujer se despierta con unos hermosos senos y sin chichos.

La autoestima femenina está muy ligada a los cánones de belleza, y belleza en muchas culturas va unida a juventud. El paso de los años, los estigmas de los partos, van dejando huellas en el cuerpo de una mujer que reniega de esos cambios y quiere prolongar su etapa de juventud, o quiere volver a lucir el cuerpo que tuvo a sus 20 años, y que los embarazos se llevaron hace mucho.

Este es un tema espinoso, y en el que hay que ver los puntos de vista de todas las partes que intervienen en él.

Creo, al igual que tú, que cuando una mujer se siente segura de si misma, tiene una personalidad bien definida, cuando conoce sus potencialidades como mujer y ser humano sin importar las papadas, las líneas de expresión, los chichos y las estrías, no cae en esta trampa de las cirugías estéticas.

Felivia dijo...

Mi querida Sheila,
Estoy de acuerdo contigo, es una tema muy espinoso.
Muchas gracias por estar :)
Te dejo un abrazo grande!