sábado, 8 de mayo de 2010

“Mía o de nadie”

Crimen. Los casos de hombres que matan a su pareja y luego se suicidan van en aumento. Psiquiatras vinculan el fenómeno a la exclusión, problemas de alcoholismo, el bajo desarrollo intelectual, la pobreza, la marginalidad social y deterioro ético moral.


Alarma que unas 200 mujeres mueran cada año víctimas de la violencia de su pareja en el país. La tendencia desprende una advertencia. Reflejan un aumento en la cantidad de los feminicidios-suicidios (el hombre que mata a su pareja y luego se suicida).

¿Qué motiva a un hombre a cometer esa tragedia? ¿En algún momento repara en el daño que le causa a sus hijos y familiares? Se podría pensar que al homicida-suicida lo invadió algún grado de locura. Sin embargo, psiquiatras asocian ese fenómeno con la cultura de violencia de hombre posesivo que tiene la República Dominicana.

Un aspecto principal está relacionado con la cultura autoritaria, la conceptualización de la pertenencia de la mujer, no la compañera, sino la mujer como propiedad: “Si no me quieres, si no estás conmigo, mejor me mato o te mato”.

El psiquiatra Rafael García explica que cuando el sujeto se mata llega al grado extremo de la violencia. Es porque no tiene mecanismos para soportar la pérdida ni la consecuencia de su acto.

“Tenemos la peculiaridad de que no nos gusta perder. No nos gusta que la pareja nos deje, nos abandone. Porque el hombre sí tiene derecho, en su creencia cultural, a botar a la mujer, pero ella no puede botar al hombre. Ese sentido de la posesión lo lleva al extremo de la violencia, que es también un elemento muy común en nuestro país”, apunta García.

El hombre posesivo piensa que la mujer con la que tuvo una relación amorosa le pertenece de por vida, aunque esté unida a otro hombre. Según García, en muchos de esos casos se presenta un cuadro de celos patológicos: “El celo es el elemento central. Son hombres que no resisten la idea de que la mujer pueda dejarlo, muchas veces los celos son infundados porque es parte de una cultura de celos patológicos”.

El psiquiatra Secundino Palacios vincula el fenómeno a la marginalidad, la exclusión, al alcoholismo, el pobre desarrollo intelectual, la pobreza, la marginalidad que se vive en el barrio y “el grave deterioro ético moral que vive el país”.

“La poca preparación intelectual incide demasiado en la relación de pareja. Y aunque esos crímenes se ven también en segmentos que uno cree que tienen determinado grado de formación, pues puede que tengan algún nivel de instrucción, no así de crecimiento humano”, indicó.

El alcoholismo es otro elemento que se puede añadir, un número importante de hombre que se embriaga, mata a su mujer cuando la relación está en crisis y se matan ellos, una parte importante de ellos está el problema del alcoholismo y otras drogas fuertes como cocaína, marihuana y otras.

Impacto en la familia


En algunos familiares causa depresión. En los niños, existe una alta probabilidad de que repitan los patrones conductuales de sus padres y sean maltratadores también.

En cuanto a su proceso de desarrollo presentan un pobre nivel de inserción social y bajo nivel de formación intelectual, desertan en las escuelas y sin fáciles víctimas de pandillas y la drogadicción, según el psiquiatra Secundino Palacios.

Palacios expone que las precarias condiciones en que sobrevive un ser humano en barrios de miseria influye que un hombre resuelva matar a su esposa y luego suicidarse, por motivos pasionales, por ejemplo. Reseña que en esas localidades se ve todo tipo de crímenes, que ya a sus moradores no les sorprenden, degradan el sentido de la condición humana y en consecuencia es muy pobre el valor que se le da a la vida.

Panorama actual

La Procuraduría General registró en los tres primeros meses de este año 63 feminicidios, de los que 31 se trata del hombre que mató a su pareja. Esta cifra refleja un incremento de 12 casos comparado con el 2009, cuando en igual periodo se detectaron 51 casos.

En el 2009 se registraron 199 feminicidios generales, cinco casos menos que en el 2008.

La abogada y jurista Susi Pola critica que en el país existan muchas leyes para enfrentar la violencia intrafamiliar y no funcionen. Llamó la atención a dos sectores importantes que no participan activamente: Salud Pública y Educación.

“Aquí el feminicidio ampliado es más frecuente que en otros países. Todos los años tenemos cuatro o cinco casos de que el hombre mata a la mujer, a los hijos y se mata. Eso es grave”, comentó Pola.

Opinó que se debe enfocar la prevención educando a los niños y niñas sobre el respeto al ser humano y el amor a la vida.

“Hay unas normas para las mujeres sobrevivientes de violencia de género y no se aplican porque hay que generar recursos para poder publicarlas. El problema es grave cuando Salud no apoya el proceso de prevención, reportando a la mujer que llega a las emergencias maltratadas”, afirmó.

Casos reportados por la prensa este año

22 enero
Un hombre, de 43 años, mató a tiros a su compañera sentimental, de 24, y luego se suicidó de un balazo a la cabeza, durante un incidente ocurrido su residencia, en el sector Villa Consuelo, del Distrito Nacional.

17 de febrero
Un hombre, de 53 años, mató a su concubina, de 35, con múltiples heridas de arma blanca y trató de suicidarse a puñaladas, en el sector Simón Bolívar de la capital, por asuntos pasionales.

23 de marzo
Un hombre, de 50 años, mató a tiros a su concubina, de 34, y luego se suicidó de un balazo a la cabeza, en su casa, sita en Villa Vásquez, Montecristi. Familiares declararon que el hombre maltrataba frecuentemente a su pareja.

3 de mayo
Un primer teniente del Ejército Nacional mató a su mujer, de 39 años, de un disparo a la cabeza y se suicidó de igual forma por problemas pasionales, en San Isidro.

Publicado en El Caribe

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