jueves, 25 de diciembre de 2008

¡Feliz Navidad!

En este día tan especial, les deseo que la dulce paz de Jesús colme sus vidas. Que el año próximo sea la oportunidad que esperan para lograr sus objetivos y ser más felices.

Quiero compartir esta historia que escribí para la Revista Pandora, una publicación del Periódico El Caribe, de mi país, sobre mi primera navidad fuera de casa. La publicaron en la reciente edición del 21 de noviembre.

Este año, vivo mi segunda navidad sin mi familia y extrañando a tanta gente, anhelando estar en casa para preparar cada cosa.

Pero debo confesar que, con una dosis de nostalgia, la he pasado muy feliz con mis compañeros de piso y amigos que he ganado en Sevilla, España. Doy gracias a Dios porque este año he sido muy bendecida!!

Un súper abrazo muy especial.
¡Feliz Navidad!



Una navidad sin merengue

Fuera de casa había esperado la llegada de un nuevo año. Pero la cena de Noche Buena y el día de Navidad en mis 25 años eran fechas que siempre había disfrutado con mi familia. Era una costumbre sagrada, hasta que en la navidad de 2007 se rompió la tradición.
Para entonces me encontraba en Sevilla, España, donde acudí a estudiar un máster y donde todavía estoy. Mis dos compañeras de piso, María Teresa, Mary Esther y yo preparamos la cena como pudimos para sentir que estábamos en República Dominicana: moro de guandules, pollo asado, ensalada mixta, lasaña y croquetas.
Para todas era la primera vez que nos encontrábamos tan lejos de nuestra gente. Una mezcla de sentimientos nos invadió esos días. En momentos estábamos eufóricas y felices celebrando lo que significaba conocer cómo otra cultura acoge esta celebración, y al rato descubríamos en los rostros de cada una cómo tratábamos de disimular la nostalgia por no estar en el hogar.
Mientras todo el mundo busca la manera de reintegrarse a la familia en esta época nosotras apenas acabábamos de salir del país.
No teníamos muchos amigos en Sevilla, apenas conocíamos a los compañeros del máster, entonces no teníamos a nadie a quien visitar. Las tres solitas pasamos la Noche Buena en el pequeño apartamento, contándonos las anécdotas de cómo la estarían pasando nuestros familiares.
Aunque no hubo merengue, ni fiesta con los vecinos, la verdad es que la pasamos bien. Eso sí, abrigadas hasta más no poder, con un frío terrible que nos hacía extrañar aún más nuestro terruño.
En ese instante uno se da cuenta el valor inmenso de la familia, de lo tanto que la estimas. Te das cuenta de lo mucho que te importa compartir los momentos que consideras especiales con quienes amas.

2 comentarios:

Poeta Carlos Gargallo dijo...

Hola soy Carlos, al leer tu post, quiero enviarte desde Murcia,mi calor, desearte que se cumplan tus sueños y que, con ese título tan dulce, se haga la mágia en los corazones, feliz navidad.

Anónimo dijo...

Es un poquito difícil estar lejos de su familia, nosotros no podríamos vivir lejos de santa y de la fabrica porque por eso existimos, te devolvemos el abrazo que nos enviaste y te deseamos feliz navidad a ti y a los muchachos del piso..

es una buena época para regalar por eso te invitamos a hacer tu lista de juguetes en www.lafabricadejuguetes.com y a visitar nuestro blog para que conozcas mas de nosotros. jajaja

te esperamos!!!!