domingo, 5 de abril de 2009

Tinta y papel

Aprendí a leer y a escribir desde temprana edad. Según me cuentan mis padres, ya a los tres años agarraba el lápiz con destreza y desde antes ojeaba con curiosidad los libros. No hice berrinches para vestir la jompa (falda) azul marino y amarrar los cordones de mis zapatos para ir al Colegio Las Gaviotas. Iba contenta a clases para llenarme de conocimientos y saciar mi curiosidad por todo.
Siempre me ha gustado escribir. En mi cartera nunca faltan un bolígrafo y papel, que me sirven para anotar cosas que no quiero olvidar. Además, hay que andar preparada, pues la inspiración y las ideas llegan cuando menos esperas.
Recuerdo que de adolescente llenaba mascotas enteras con poesías, canciones de mis artistas favoritos y recolectaba frases célebres de personajes destacados con especial esmero. Estos antecedentes forjaron en mí la vocación por escribir y por el periodismo. Sin embargo, nunca supe lo que era esta profesión hasta que entré a la universidad. Y nunca supe los riesgos y la responsabilidad que implica ser periodista hasta que empecé a trabajar en los medios de comunicación.
Pero nada me sorprendió ni me amedrentó para seguir adelante. Porque es una carrera que te da muchas satisfacciones.
A personas como yo, inquietas y que no resisten pasar por alto las injusticias sino que siente la necesidad de denunciarlas para contribuir a una mejor convivencia, les apasiona esta carrera aunque sean más las cuestas arriba que los caminos llanos.
Este Día del Periodista quiero extender a través de estas líneas mis felicitaciones a los colegas que ejercen periodismo con pasión y vocación, sin importar la insuficiente remuneración económica que recibimos, ni los sacrificios que implica desarollar con integridad y honestidad esta profesión.
Felicidades en tu día compañera/o!

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