La fuerza de la juventud

Los acusan de vagos, de que prefieren llevar una vida ligera, de ser amantes de parrandas y perezosos para labores intelectuales. “Se han perdido los valores”, dicen algunos, de esa juventud que vive en la ebullición de las facilidades tecnológicas. Pero ese dragón que parece dormido ya se despereza.

Vemos hoy como la juventud es la que encabeza las manifestaciones para exigir protección al medio ambiente, respeto de los derechos humanos y defiende la democracia. Convoca por correo electrónico, se expresa en los blogs, y opina en las redes sociales virtuales.

Recuerdo cuando a mediados de esta década se creó el movimiento Ya ta` bueno, en repudio a las situaciones injustas y vergonzosas que en ese momento ocurrían en la sociedad. Ahora se afianza la lucha con nuevos grupos con sentido social. Los vimos afanados por la preservación de Los Haitises, defendiendo el derecho a la vida que tenemos las mujeres, luchando por que los legisladores no nos nieguen el acceso a las playas, rechazando la reformada Constitución... lo más reciente es que la juventud ha sido la voz más alta que advierte de las consecuencias de la explotación de la mina de oro en Pueblo Viejo, Cotuí.

Se reúnen en grupos como La Multitud. Han hecho suyo el espacio digital difundiendo sus opiniones en páginas como Toyjarto.com, Boceálo.com, Duarte101.com y otros tantos más.

Mi generación está atenta, que nadie piense que está dormida.

Hay esperanza. ¡Claro que sí!