martes, 4 de noviembre de 2008
Apuesta a ganar
Publicado en Mi Revista
No tenía ni idea de cómo manejar los botones de una consola de radio y mucho menos de cómo hacer un programa. Pero tenía todas las ganas de empezar a aprender y, además, una amiga que me acompañaría en la travesía.
Por eso me animé a acudir al dueño de una estación radial y pedirle que me permitiera tener un espacio. Al primer intento él accedió; su única condición fue que yo manejaría la emisora durante ese tiempo lo que no me pareció mala oferta, aunque me abrazó un poquito de miedo.
Luego, conversando con mi amiga resolvimos que debíamos aprovechar ese momento mágico porque presentíamos que podría traernos felicidad, que era necesario correr riesgos.
¡Pobre del que tiene miedo de arriesgarse! porque ese quizás no se decepcione nunca, ni tenga ilusiones, ni sufra como los que persiguen un sueño. Aunque debo ser sincera y confesar que la osadía al principio tiene una sensación amarga cuando te la llevas a la boca, mas, después de que la saboreas sabe más dulce que la miel.
Y es que si Yarira y Yo no decidimos tomar el riesgo nunca hubiésemos aprendido cómo se maneja una emisora y la satisfacción que se siente cuando tu voz es escuchada por tantas personas que viven tan lejos de ti. Fue una experiencia maravillosa que no hubiéramos podido contar si no nos aventuramos.
Como dice Paulo Coelho en su libro A orillas del río Piedras me senté y lloré: “Sólo entendemos del todo el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado”.
Este escritor brasileño expresa, además, que todos los días Dios nos da junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que esa oportunidad no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana.
Sin embargo, quien presta atención a su día, descubre el instante mágico. Puede estar escondido en la hora en que metemos la llave en la puerta por la mañana, en el instante de silencio después del almuerzo, en las mil y una cosas que nos parecen iguales.
Paulo Cohelo dice que la felicidad es a veces una bendición pero por lo general es una conquista y que el instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños. "Vamos a sufrir, vamos tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones… pero todo eso es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe".
Entonces, sería buena idea ver siempre el lado positivo de cada oportunidad que se presenta en ese instante mágico, al valorarlas los puntos negativos van perdiendo peso y las cosas se van tornando a nuestro favor; es cuestión de descubrir el momento.
Creo que siempre que emprendemos un proyecto debemos apostar a ganar y trabajar para ello. Así, cuando pase el tiempo, no se nos escuchará el lamento precedido de “pude haber hecho…” o "pude haber sido… y no lo logré por no arriesgar un poquito".
Jamás llegaremos a entender el significado de la frase Podría. Porque en todos los momentos de nuestra vida existen cosas que podrían haber sucedido y terminaron no sucediendo. Existen instantes mágicos que van pasando inadvertidos y, de repente, la mano del destino cambia nuestro universo.
No tenía ni idea de cómo manejar los botones de una consola de radio y mucho menos de cómo hacer un programa. Pero tenía todas las ganas de empezar a aprender y, además, una amiga que me acompañaría en la travesía.
Por eso me animé a acudir al dueño de una estación radial y pedirle que me permitiera tener un espacio. Al primer intento él accedió; su única condición fue que yo manejaría la emisora durante ese tiempo lo que no me pareció mala oferta, aunque me abrazó un poquito de miedo.
Luego, conversando con mi amiga resolvimos que debíamos aprovechar ese momento mágico porque presentíamos que podría traernos felicidad, que era necesario correr riesgos.
¡Pobre del que tiene miedo de arriesgarse! porque ese quizás no se decepcione nunca, ni tenga ilusiones, ni sufra como los que persiguen un sueño. Aunque debo ser sincera y confesar que la osadía al principio tiene una sensación amarga cuando te la llevas a la boca, mas, después de que la saboreas sabe más dulce que la miel.
Y es que si Yarira y Yo no decidimos tomar el riesgo nunca hubiésemos aprendido cómo se maneja una emisora y la satisfacción que se siente cuando tu voz es escuchada por tantas personas que viven tan lejos de ti. Fue una experiencia maravillosa que no hubiéramos podido contar si no nos aventuramos.
Como dice Paulo Coelho en su libro A orillas del río Piedras me senté y lloré: “Sólo entendemos del todo el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado”.
Este escritor brasileño expresa, además, que todos los días Dios nos da junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que esa oportunidad no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana.
Sin embargo, quien presta atención a su día, descubre el instante mágico. Puede estar escondido en la hora en que metemos la llave en la puerta por la mañana, en el instante de silencio después del almuerzo, en las mil y una cosas que nos parecen iguales.
Paulo Cohelo dice que la felicidad es a veces una bendición pero por lo general es una conquista y que el instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños. "Vamos a sufrir, vamos tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones… pero todo eso es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe".
Entonces, sería buena idea ver siempre el lado positivo de cada oportunidad que se presenta en ese instante mágico, al valorarlas los puntos negativos van perdiendo peso y las cosas se van tornando a nuestro favor; es cuestión de descubrir el momento.
Creo que siempre que emprendemos un proyecto debemos apostar a ganar y trabajar para ello. Así, cuando pase el tiempo, no se nos escuchará el lamento precedido de “pude haber hecho…” o "pude haber sido… y no lo logré por no arriesgar un poquito".
Jamás llegaremos a entender el significado de la frase Podría. Porque en todos los momentos de nuestra vida existen cosas que podrían haber sucedido y terminaron no sucediendo. Existen instantes mágicos que van pasando inadvertidos y, de repente, la mano del destino cambia nuestro universo.
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