martes, 25 de noviembre de 2008
Que no se calle la voz en contra de la violencia
Las cifras no son nada halagüeñas. Pese a las campañas que se desarrollan en contra de la violencia a la mujer, en lo que va de año ya se ha superado el número de víctimas registradas en el 2007 en República Dominicana, sumándose 102.
Si seguimos mirando las estadísticas en América, la situación es peor: en Brasil, cada 15 segundos una brasilera recibe maltratos físicos, psicológicos y morales por parte de su cónyuge, familiar cercano o hasta del vecino.
También están los casos de Ciudad Juárez, México, donde desde 1995 se denuncian muertes de mujeres, que hasta la fecha suman unas 1.500 víctimas, según han revelado estudios de organizaciones no gubernamentales.
Cada continente, cada país, cada ciudad guarda sus registros. En la región Andalucía, España, a medida que pasan 40 minutos, una mujer pide ayuda por sufrir maltrato de parte de su pareja sentimental.
No sólo es cuestión de acción policial o judicial, es tarea de todos asumir que no se debe fomentar la violencia en ninguna de sus manifestaciones.
Es triste saber que muchas víctimas de maltrato por parte de sus parejas, callen el abuso que sufren. Tantas veces por miedo y otras más por sentirse inferiores a su compañero.
En algunas situaciones es todavía mas triste, cuando las mujeres han sufrido un maltrato tan grande psicológicamente y se encuentran tan sometidas a sus maridos o novios que creen que merecen los golpes que les propinan. A esas ya no les queda fuerzas ni voluntad para defenderse. Entonces, es ahí cuando debe intervenir con más fuerza la ayuda familiar para evitar una desagracia mayor.
El ex secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, apunta que “la violencia contra la mujer es, quizás, la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz”.
Lo ideal es que no sucedieran estos lamentables hechos. Pero, por ahora, quiero sólo pedir que haya la suficiente valentía en las víctimas para denunciar el maltrato y que esta denuncia encuentre acogida y acción de los sectores competentes.
Si seguimos mirando las estadísticas en América, la situación es peor: en Brasil, cada 15 segundos una brasilera recibe maltratos físicos, psicológicos y morales por parte de su cónyuge, familiar cercano o hasta del vecino.
También están los casos de Ciudad Juárez, México, donde desde 1995 se denuncian muertes de mujeres, que hasta la fecha suman unas 1.500 víctimas, según han revelado estudios de organizaciones no gubernamentales.
Cada continente, cada país, cada ciudad guarda sus registros. En la región Andalucía, España, a medida que pasan 40 minutos, una mujer pide ayuda por sufrir maltrato de parte de su pareja sentimental.
No sólo es cuestión de acción policial o judicial, es tarea de todos asumir que no se debe fomentar la violencia en ninguna de sus manifestaciones.
Es triste saber que muchas víctimas de maltrato por parte de sus parejas, callen el abuso que sufren. Tantas veces por miedo y otras más por sentirse inferiores a su compañero.
En algunas situaciones es todavía mas triste, cuando las mujeres han sufrido un maltrato tan grande psicológicamente y se encuentran tan sometidas a sus maridos o novios que creen que merecen los golpes que les propinan. A esas ya no les queda fuerzas ni voluntad para defenderse. Entonces, es ahí cuando debe intervenir con más fuerza la ayuda familiar para evitar una desagracia mayor.
El ex secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, apunta que “la violencia contra la mujer es, quizás, la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz”.
Lo ideal es que no sucedieran estos lamentables hechos. Pero, por ahora, quiero sólo pedir que haya la suficiente valentía en las víctimas para denunciar el maltrato y que esta denuncia encuentre acogida y acción de los sectores competentes.
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