lunes, 6 de octubre de 2008

Aire fresco a todo vapor


El cliente de un restaurante se refresca con las gotas frías del agua vaporizada mientras se toma un café. (JOSÉ ÁNGEL GARCÍA)

Ignacio Portillo. Encargado de la Taberna Góngora: “El sistema llama mucho la atención. Instalarlo fue una idea acertada porque se siente bastante fresco"

La batalla contra el calor del verano hace que los propietarios de bares y restaurantes se armen con las herramientas más originales para combatirlo, como es un sistema que vaporiza agua fría y refresca, en unos segundos, el ambiente al aire libre.

Este sistema ya se había empleado en Sevilla en el área de la Expo 92 y en esta época muchos comercios lo han instalado en sus toldos para hacer más agradable la estancia de sus clientes en las terrazas. Entre los restaurantes del centro de la ciudad, el primero en instalarlo fue el Robles de la calle Placentines. Así lo cuenta Ignacio Portillo, encargado de la Taberna del Góngora (calle Albareda, 5), que afirma que una semana más tarde que Robles, a mediados de julio de este año, decidió ponerlo en su negocio.

"Unos clientes me habían comentado que lo vieron en bares de las playas de Italia. La idea ha sido muy acertada porque se siente bastante fresco, aunque la temperatura exterior esté en 40 grados", expresa.

Portillo explica que se trata de un motor eléctrico que impulsa agua fría vaporizada con presión. El agua es difuminada de tal forma que las gotas son tan finas que no mojan. El líquido fresco sale de unas boquillas que tiene el toldo en la parte de abajo, cuando está abierto, y encima, cuando está recogido.

En la Taberna del Góngora las gotas se expiden por 20 segundos cada 10, a partir del mediodía, que es cuando la temperatura es más alta y la afluencia de turistas es mayor. "Lo mantenemos encendido mientras hay calor", dice Portillo, que también asegura que el consumo eléctrico de este artefacto es mínimo y lo compara al de un electrodoméstico común.

Entre los comensales la satisfacción es evidente en sus respuestas. Mientras se tomaba un café en la Taberna del Góngora, Sebastián Rufino aprobaba la función del acondicionador y la calificaba como "el mejor invento contra el calor".

En el restaurante El Cairo (Reyes Católicos, 13), también se usa este sistema recientemente. A decir de sus jefes, ha sido bien acogido por los clientes, que prefieren sentarse en las mesas de afuera.

En el restaurante Robles la experiencia ha sido muy buena, según el maître, Agustín Galiño Montoya: "Estamos encantados. La terraza incluso se llena porque está más fresca la gente no se moja, sino que se siente a gusto".

Este mecanismo que contrarresta el calor se ha adoptado también en terrazas de verano, como Puerto de Cuba, sita en la calle Betis a orillas del Guadalquivir, donde bailar y tomarse unas copas resulta menos sofocante.

Filtros. Antes de ser expulsada desde la red de tuberías, el agua pasa por filtros antibacteriológicos, de anti cal y otro purificador.
Cantidad y frecuencia. El sistema consume medio litro de agua por hora. Se puede regular el tiempo y la frecuencia.
Combinación. Algunos usan un ventilador para extender el alcance del agua.

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